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España España · Shangri-La
Voto de Echanove:
7
Western Un sheriff abandona su puesto para perseguir a un joven mexicano acusado de violar a una pequeña de doce años. Es un joven rápido con el cuchillo, y difícil de capturar, por lo que su persecución es larga y complicada. (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un 'eurowestern' más que notable, aunque para mí no alcance el nivel de la épica y más compleja segunda película de su director, "Cara a Cara", si bien aquí Sollima también emociona y dota a esta cinta de una intencionalidad social más que interesante.

Incluso podría decirse que es más equilibrada y menos imperfecta que aquella, aunque no se eleve hasta sus cumbres. Y hasta más de carne y hueso, por tratarse más de una película con una historia y unos personajes, y no una película tan "de tesis" como aquella.

Aquí lo que nos cuenta Sollima es, básicamente, la persecución por parte de alguien que, por su reputación como "el típico héroe americano" a lo John Wayne, puede llegar a ser senador con apoyo de los económicamente poderosos, de un pobre 'matao', del típico malote de las pelis del oeste que suele ser tan 'matao' y tan marginal que ni la cámara ni las pelis que se habían hecho hasta entonces se ocupaban hasta entonces apenas de ellos. Aunque fueran tan malotes que a veces los 'mcguffin' se construyesen en torno a ellos.

Pero en este caso poco a poco iremos descubriendo que nada es como parece. Y, por supuesto, eso servirá a Sollima para llevar a cabo una crítica social implícita y que se desprende de la propia historia. Sin ninguna intención enfática o grandilocuente, ya que no hay nada de ello explícito en los diálogos.

El filme, que tiene cierto aire de 'road movie', nos trasladará a distintos ambientes con los que cual personajes cervantinos Corbett (Lee van Cleef) y Cuchillo Sánchez (Tomás Milian) tendrán que enfrentarse y de entre los que sobresale el rancho ganadero propiedad de una insatisfecha y voraz viuda (nuestra Nieves Navarro) rodeada por una caterva de maromos (Benito Stefanelli, Luis Barboo, Antonio Molino Rojo, entre otros), que constituye, tal vez, el segmento más morbosete de la cinta. Y, quizá, por que no decirlo, el que tiene menos que ver con el resto, aunque no por eso deje de interesar.

En el resto del filme hay poblados de braceros mexicanos, otro poblacho en que ejerce como Sheriff el bueno de Fernando Sánchez Polack (!), una caravana de mormones en la que conocerán a una adolescente casi niña Maribel Martín (!), una misión franciscana con un fraile expistolero (Antonio Casas), un pionero que va de tío majo y sale trasquilado (Lorenzo Robledo), ricachones texanos, mexicanos y hasta un austriaco (Walter Barnes, Herard Herther, Angel del Pozo, Alfredo SantaCruz), un sheriff tiyular borrachín y vago (Roberto Camardiel), un militar mexicano al que no le importa que yankis y juaristas se maten entre sí (Fernando Sánchez) y hasta una entrañable putilla que desea que su noviete, que no es otro que Cuchillo, la lleve a conocer el mar (Manolita Barroso/María Granada), y que, entre tanta balacera, nos regala una escena con él tan natural como dulce.

Mucho nombre español, ya ven, y eso, al menos a servidor, siempre le divierte y otorga a las pelis un plus curiosete. No en vano, en la producción estaba, junto al italiano Grimaldi, Tulio H. Demichelli. Y hay que decir que técnica y formalmente, en cuanto a dirección artística, la película es también muy resultona, y que lucen magistralmente los paisajes almerienses de Tabernes y el Cabo de Gata, pero también los de Navacerrada o La Pedriza.

Aunque eso sí, el que brilla como nunca, creo yo, y si te descuidas se come la pantalla, desde el principio hasta el final, es Lee van Cleef.
Echanove
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