Tal y como acostumbra, Lars Von Trier vuelve a inventar el cine con esta desgarradora historia. Y también, como acostumbra, no es un cine apto "para todos los públicos".

Se trata de más de horas de fortisimas emociones para las que es imprescindible un corazón mínimamente entrenado, y que cuenta con un final tan abrupto como esperado.

Trier logra extraer de la cantante Björk una extraordinaria interpretación que desgraciadamente y tras lo dolororoso de la experiencia, parece ser que no tendrá continuidad.

Realmente genial la utilización del musical para dar expresión a las ensoñaciones de la pobre Selma.

Imprescindible.