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España España · Zaragoza
Voto de cassavetes:
9
Drama La fama del saxofonista de jazz Charlie ’Bird’ Parker crece rápidamente a partir de su llegada a Nueva York en 1940. Pero Parker comienza a abusar del alcohol y las drogas, y su vida se convierte en un infierno. (FILMAFFINITY)
13 de septiembre de 2005
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clint Eastwood dirige en 1988 “Bird”, la que es posiblemente su mejor película. Bird significó la declaración de amor del actor-director profesa hacia el jazz. Acostumbrado a incluir en la banda sonora de sus cintas numerosos temas de procedencia jazzista, Eastwood brinda en Bird un definitivo homenaje a esa música en primera persona. Elige para ello la infortunada vida del saxofonista alto Charlie Parker (1920-1955), el músico que revolucionó el panorama del jazz con el denominado estilo be bop. Ya el cine había llevado a cabo aproximaciones más o menos certeras de la vida de otros grandes músicos. Pero fue con Bird cuando se realizó una visión realista y alejada del tópico y simplista modo de hacer hollywoodiense con los biopics. Forest Whitetaker resultó ser un auténtico “pájaro” cinematográfico al meterse en la piel de un convincente Charlie Parker.

Parker en primera persona acapara todos y cada uno de las escenas de esta película. El “pájaro” respira por todos los poros de la misma. Eastwood se mantiene bastante fiel a la realidad de la vida de Parker, incluso tiene la habilidad de poner énfasis en algunos aspectos claves en la carrera del genial saxofonista negro: no es de extrañar, pues, que repita en más de una ocasión el plano del “platillo volador” en distintos momentos de la película, del cual hablaremos más adelante. Todo en el film tiende a servir al espectador para explicar, para proporcionar los por qués del comportamiento a veces sorpresivo de Parker, las claves, en definitiva, de una existencia tan azarosa, tan carácterística, como la suya.

Una preciosa historia de amor con Chan, la mujer de Parker, interpretada por una espléndida Diane Venora, jalona a lo largo de la película los momentos más íntimamente ligados a la vida sentimental de Parker.

La mayor parte de los episodios aportan al espectador unas claves para comprender el dilema personal que se le presentaba a Parker en su avatar diario: el amor, la pasión por una música por un lado, y el aspecto autodestructivo de la adicción a las drogas por otro, hecho éste que Eastwood, con total delicadeza, prefiere omitir en sus aspectos más morbosos. Nunca veremos una jeringuilla de más, sólo las consecuencias, los terribles efectos que provocaba en la vida de Bird.
cassavetes
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