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Voto de Jorge Capote Morcillo:
7
Terror Melvin, el limpiador de un gimnasio de la pequeña localidad de Tromaville, cae en una cuba radioactiva cuando huye de una pandilla de jóvenes. Las radiaciones le convertirán en un monstruoso mutante con superpoderes, los cuales usará para liberar del mal a la ciudad... (FILMAFFINITY)
25 de abril de 2015
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
http://cinefagosmuertos.com/criticas/especial-69-joyas-de-los-80-el-vengador-toxico-aquello-que-nos-hace-cinefagos/

Es difícil embarcar más cosas en tan sólo 76 minutos. La historia de ‘Toxie’ aúna humor negro y denuncia social de manera demasiado evidente, pero transmitiendo buenas sensaciones, en lo que ha quedado como una de las grandes parodias del cine de superhéroes. En unos orígenes más propios del Joker (o de cualquier villano) que de un superhéroe, ‘Toxie’ es fruto de los grandes males del siglo XX: el culto a la imagen y las consecuencias de la contaminación del planeta para producir energía barata ilimitada. Afortunadamente para casi todos, la tamaña desgracia de caer en residuos tóxicos al tratar de suicidarte después de sufrir una cruel broma, en la que se ven envueltos una cabra y un tutú rosa, afecta a nuestro protagonista de una forma práctica para la lucha contra el crimen. Tras una transformación física que quedará en los anales (siempre he encontrado graciosa esta expresión) de la historia de cambios cutres con innegable encanto, Toxie responde al impulso de tener que destruir a aquellos que hacen el mal. Y si puede ser de una manera gráfica y espectacular, pues mejor todavía.

‘El vengador tóxico’ supuso el mayor éxito para la TROMA, comandada por el carismático Lloyd Kaufman, que como ya dijo mi compañero Edu, generó dos secuelas malísimas y una tercera que recuerda al espíritu de la primera. Amén de una serie de televisión y cantidad de ‘merchandising’, que le hizo convertirse en la mascota oficial de la productora.

Como consumidor de productos de este tipo (y me refiero a serie B y serie Z), me he encontrado con que la tónica habitual es unos cuantos chistes muy forzados entre quince o veinte minutos de total aburrimiento preparando dichos “momentos cumbre”. ‘El vengador tóxico’, lejos de ser aburrida, es una sucesión continua de chistes malos, situaciones absurdas y personajes “épicos”. El gamberrismo siempre está presente y una de las características que más llaman la atención es su inclinación por el “gore” más visceral, exagerado y pintoresco, en un tono cómico que luego veríamos en otro de mis placeres culpables del que me siento más orgulloso: ‘Tu madre se ha comido a mi perro’ (‘Braindead’, Peter Jackson, 1992).

Hubo una época en la que me dio por hacer videos caseros con mis compañeros de residencia en la ciudad en la que estudiaba. En ellos, valiéndonos de una cámara con un píxel muerto, el Windows Movie Maker, y cantidad de tiempo libre, intentábamos emular las escenas de aquellas películas que nos entusiasmaban por la época. Quiero pensar que nuestras actuaciones no eran mucho peores de las que nos encontramos en ‘El vengador tóxico’, y creo que no me equivoco. Nos pasamos horas pariendo trozos de “cosas” que sólo nos hacen gracia a nosotros, en la que puede ser una de las mejores épocas de mi vida. Esta película me recuerda mucho a ese período, en el que un grupo de gente, con total libertad, se juntó para producir vídeos que ellos consideraban épicos.

Desnudos gratuitos, actuaciones improvisadas, chistes hechos personajes, una “ida de olla” conjunta que desembocó en una obra soez, demasiado explícita, que no se corta en matar a un niño aplastándole la cabeza con las ruedas de un coche (pesadilla recurrente de Kaufman, que quedó traumatizado después de que su hermana casi sufriera el mismo destino cuando eran niños), o perros guía (curiosamente, la escena por la que más protestas ha recibido el filme). En ‘El vengador tóxico’ vemos cosas tan sumamente absurdas que incluso nos convencen, como la novia de ‘Toxie’, que tuvo que ser ciega, para amarle y no por su aspecto. El cambio de voz que sufre el protagonista, pasando a ser un galán y ayudando para conquistar a la chica. El alcalde mafioso. El delincuente travesti, que parece también sacado de una parodia de un cómic de ‘Sin city’. Y sobre todo, los chicos que se dedican a atropellar ciudadanos y a sacar fotos de sus escapadas, en los que la sangre y las visceras incluso los excitan, de manera enfermiza. Actualmente seguimos viendo ejemplos de este tipo de películas, frutos de la alocada mente sin control de un realizador con ganas de ser gamberro. La más reciente que recuerde y que haya visto es ‘Tusk’ (Kevin Smith, 2014) que surgió tras una broma en un programa de radio en el que participa el director de ‘Mallrats’. Otro de mis placeres culpables más recientes.

El cine paródico de ahora consiste básicamente en las horribles ‘Superhero Movie’, ‘Casi 300′, y demás sucedáneos. Mientras que la productora famosa por sus productos de baja calidad es ‘The asylum’. Antes teníamos a ‘Aeropuerto’, ‘Agárralo como puedas’, ‘Hot Shots’, etc, y la TROMA. Conclusión: los 80 molaban más.

Quien sabe, quizás si que me esté convirtiendo en un “pureta” del cine después de todo.
Jorge Capote Morcillo
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