Lo primero que debo decir es que la publicidad que ha recibido 'La vida de Adèle' ha sido tan machacona y tenaz que aún ahora sigo desconfiando de la excelente impresión que me ha causado. Pero admitiendo por mi parte un mínimo de independencia de criterio, trataré de añadir (si es posible) algo a lo ya dicho por los demás usuarios.

'La vida de Adèle' es, sin duda, una película profundamente humana. Kechiche planta la cámara tan cerca de los protagonistas de la historia que a veces uno tiene la sensación de que hace trampas. Me explico: ante una interpretación tan conmovedora y potente como la de la joven protagonista, el trabajo del director parece simple: explotemos al máximo la bella expresividad de la sorprendente Adèle Exarchopoulos.

Sin embargo, la película va mucho más allá. Retrata de forma veraz, sin maniqueísmos ni propaganda, la frágil y pasional personalidad de Adèle; habla del amor joven (mucho más que de la homosexualidad) de una forma tan cercana y llena de matices que desgarra, y el sexo cumple aquí una función clave como muestra definitiva de pasión sentimental, sin concesiones a la gratuidad.

Conclusión: sensible y desgarradora obra maestra, que posiblemente marcará tendencia en los próximos años.