Casi todo el cine de género esta encorsetado por unas reglas que pocos autores son capaces de trascender, así ocurre dentro del slasher, desde las obras que iniciaron el género: La matanza de Texas, Helloween, Viernes 13, dichas reglas han permanecido inamovibles, excepto por aportaciones puntuales, como pueden ser La cabaña del bosque, Scream y alguna que otra obra más entre las más recientes.

Afterparty esta restringida a casi todos los clichés del genero, y sus aportaciones al género ¡Ay las nuevas tecnologías!, dentro de un tiempo la encerraran en el cajón de lo desfasado y pasado de moda.

Pero bueno, ¿que le podemos pedir al subvencionado cine español? Duelen los ojos al ver las palabras Ministerio de Cultura o Instituto de Crédito Oficial al empezar la cinta.