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España España · Valladolid
Voto de vircenguetorix:
4
Animación. Fantástico. Aventuras. Romance Narra la historia de Sophie, una joven sobre la que pesa una horrible maldición que le confiere el aspecto de una anciana. Sophie decide pedir ayuda al mago Howl, que vive en un castillo ambulante, pero tal vez sea Howl quien necesite la ayuda de Sophie. (FILMAFFINITY)

Reestreno en cines España por el 20 aniversario: julio 2024
2 de octubre de 2008
39 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
Occidente es hija de un amplio grupo de elementos, aunque esencialmente es la bibliofilia de la Ilustración, el derecho romano la filosofía griega y la teología cristiana –esencialmente filosófica también- los principales. Como pueden verse todos ellos son ordenados, racionales y sistemáticos. Es verdad que también tenemos otros elementos irracionales, como el romanticismo y la posterior literatura fantástica, pero obviamente su influencia es mucho menor.

A Extremo Oriente le ocurre todo lo contrario. Ni su sistema político, filosófico o incluso religioso –el sintoísmo no deja de ser una religión esencialmente animista muy primitiva- son estructurados. Carece de método científico propio y aunque son colonia desde el final de la Segunda Guerra Mundial, han desarrollado un gusto particular por su mitología.

Todo ello se transforma en una labor creativa muy sui generis. Los japoneses ya de por sí son tipos muy poco universales, el hecho geográfico de su insularidad y el orgullo y desprecio que siempre han tenido por otros pueblos asiáticos resulta paradójico. Para que nos hagamos una idea, Japón es la Inglaterra de Asia.

Y no es casualidad por tanto que toda la novela más irracional europea, que es la neopagana británica, sea la que más ha interesado al señor Hayao Miyazaki. Los libros de Diana Wynne Jones, no son gran cosa, pero es inglesa, es decir, tiene eco, si fuera húngara o portuguesa a Miyazaki le daría igual. Pero hay que vender.

Yo de niño leía a Verne, Wells, Clarke, Burroughs, Asimov... y siempre eran racionales, sus historias además de ser entretenidas tenían un cuerpo argumental. En “El castillo ambulante” no. Quizás las paranoias recubiertas en arte puedan parecer menos locuras, pero siguen diciendo que se confunde la fantasía con la alucinación. Y es que esto no es “El mago de Oz”, sino más bien la versión infantil de David Lynch. Artefacto vacío de sustancia. Es como un boli caro sin recarga, mucho brillo pero no escribe.

Claro que a mucha gente le da igual, estamos en el culto a Baco. Me recuerda a aquella frase de una chica que conocí: “Me gustan las películas raras”. Y pensaba yo: “No hija, a ti lo que te gusta es que no te activen el córtex cerebral para que no tengas que reconocer que vas vestida como una guarra”.

Venga hasta la siguiente esquizofrenia nipona. Nos vemos.
vircenguetorix
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