La película empieza en 1952, con Sammy haciendo cola para ver su primera película en un cine. Está ansioso, todo suena aterrador. Su padre le consuela hablando de la velocidad de fotogramas y cómo la persistencia de la visión evoca una imagen en movimiento a partir de fotogramas fijos. Su madre toma un rumbo diferente y le asegura que va a ser el mejor sueño. Resulta que ambos tienen razón. De vuelta a su casa, Sammy no puede librarse de las pesadillas hasta que él y su madre graban con una cámara para representar el espectacular accidente de la película un tren de juguete. Una década más tarde, Sammy está aún más obsesionado con hacer películas con una cámara de video casera y todo tipo de ingeniosos efectos especiales hechos a mano. Y así, poco a poco, hasta Hollywood..

Muy buena la relación de Sammy con esos padres tan distintos, su padre obsesionado con los ordenadores y su madre con sus bailes y el "tío" Bennie, el mejor amigo sin el cual su madre sospechosamente no puede vivir. Por cierto, gran final.