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España España · Granada
Voto de Garzía:
6
Terror. Comedia Una horda de zombis ávidos de carne humana asola las calles de La Habana. Se extiende el rumor de que los responsables de la situación son grupos al servicio de los Estados Unidos. El pánico se apodera de la gente; en medio de la confusión aparece una especie de héroe: Juan (Díaz de Villegas), que, con el eslogan "Juan de los muertos, matamos a sus seres queridos", se ofrece a la gente para eliminar, por un módico precio, a sus familiares infectados. (FILMAFFINITY) [+]
4 de septiembre de 2015
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La comedia de terror y las cintas de serie B han reinventado el subgénero de zombies hasta el punto de constituir uno en sí. ‘Bienvenidos a Zombieland’ o ‘Zombies Party’ son una de las mayores muestras sobre ello que el siglo XXI ha colocado en el panorama. Todas estas películas “sacrifican” los litros de sangre seria por litros de sangre estúpida y sin control, y la velocidad y el estrés de la huida por icónicas situaciones y momentos surrealistas. Alejandro Brugués llega pues, a realizar otra de esas películas que los amantes del género saben apreciar. ‘Juan de los muertos’ se sitúa como la primera cinta de zombies de Cuba, y reza como 50 años después del triunfo de la Revolución, otra revolución está por comenzar… ¡La revolución de los zombis!
Así pues, la cinta se compone de varios factores que la llevan a ser lo que es: en primer lugar, tenemos la vivencia diaria en una isla como Cuba; con un revolucionario como protagonista. En este factor, la crítica social y la muestra de todo lo que conlleva la isla en las relaciones sociales y futuro de sus ciudadanos. Las “pullitas” hacia el gobierno de Castro y los comentarios entre el conflicto cubano-estadounidense son una delicia.
En un segundo factor, entran unos protagonistas despreocupados y supervivientes; capaces de descubrir una manera de salir a flote y, es más, una oportunidad de ganar dinero, de una tragedia tan grande como resulta un apocalipsis zombie. En dicha situación es donde la verdadera razón y el devenir de la cinta se forman: “Juan de los Muertos, matamos a sus seres queridos”.

Y así llegamos al tercer factor: los zombies. Sangre y velocidad son la razón de la mayoría de las risas que la cinta provoca, puesto que los seres infectados no son verdaderamente los más mortíferos de la historia del cine. Pero la forma en la cual se mueven, forma a su vez la razón por la cual los protagonistas consiguen ganarse la vida a raíz de darles caza, puesto que, y a pesar de que su peligrosidad roce lo ridículo, están cambiando el día a día de una isla en la cual vivir se entendía como tranquilidad y botellas de ron.
Estos zombies son la clave para juntar de nuevo a dos personas; un padre y una hija, en la lucha por la supervivencia. A ellos se unen un amigo del cerebro, al cual le falta precisamente esto, y su moderno y atractivo hijo. Además de varios secundarios que alimentan la falta de fuerza que los principales puedan acaparar en ciertos instantes del metraje. Son desvergonzados, y paródicos en si mismos frente a la actual situación que les rodea, y alimentan su propia fuerza con la fuerte creencia de que nada les va a ocurrir, por el mero hecho de que han sobrevivido a la Revolución. Alexis Díaz de Villegas, Jorge Molina, Andrea Duro y Andros Perugorría son quienes hacen esto posible, en una interpretación en la que, el primero y el segundo alimentan a la cámara con lo que a la tercera y al cuarto les falta. Mención especial a un travesti que hace replantearse el sentido del ridículo de cada uno: Jazz Vilá.

Técnicamente, el cumplimiento de los patrones que puedan satisfacer al público aprueban, quitando un único aspecto al cual parece haberse quitado la verdadera importancia que tiene; y es que el sonido no puede quedar al libre albedrío de un micrófono apañado; y la vocalización de los actores es tan importante como que una persecución de coches tiene que sonar a acelerones y motores.
En definitiva, la cinta es una muestra de una película amena, divertida y sin ningún ápice de vergüenza. Es gratificante observar, como pocas veces se consigue, como la fuerza y viveza de los supervivientes que forman el grupo protagonista, gana la partida de lleno (¡en cuanto a repercusión en la cinta, oigan!) a los zombies. También se agradece una simple cosa: es la primera película de zombies en la cual los zombies no son la verdadera tumba de la cinta, si no que alteran la realidad para conseguir un fruto refrescante, y una película que termina siendo tan sorprendente y dinámica no debe pasar desapercibida jamás. Sutil parodia, y autocrítica; casi tan sutil como los leves errores que podemos encontrar en la película.

Comedia de terror; si. Pero de las buenas de verdad.

Crítica para MagaZinema / @MagaZinema
http://www.magazinema.es/juan-de-los-muertos-alejandro-brugues-2011/
Garzía
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