La principal interrogante y planteamiento argumental de fondo en torno a esta cinta radica en una simple o contundente pregunta. ¿Se preparó el terreno para esta situación o es Kevin un psicópata asesino (un natural born killer)?

La historia es una mezcla de terror mezclado con un drama familiar. Y la película tiene algunos momentos realmente escalofriantes y perturbadores (sobre todo por la temática familiar). Pero le falta algo de profundidad para mi gusto y a veces se vuelve demasiado extrema.

Es claro que el mensaje que se intenta dar es sobre los peligros que pueden existir dentro de un hogar en donde los padres no se saben comunicar en forma correcta entre ellos y menos con su hijo mayor…Kevin.

Pero el comportamiento de Kevin sobrepasa los límites, por lo que en ese punto se rompe el hilo de credibilidad.
¿Qué nadie en esa casa tiene un ápice de cordura para ponerle un límite a Kevin?
¿Qué nadie se dio cuenta de que algo muy malo estaba ocurriendo?
¿Por qué solo la madre se da cuenta de la naturaleza malévola de su hijo?

Sin embargo existe algo que te deja pensando, ya que aquí tenemos el retrato de lo que es la mente y acciones de un ser psicótico, muy enfermo. Exiten varios tipos de sítomas que delatan a un psicópata y aquí vemos varios, son manipuladores, astutos, narcisistas, maltratadores, egocéntricos junto a otros rasgos que los caracterizan, hieren, engañan y traicionan sin el menor escrúpulo. Y la contraparte, papá y mamá, ambos incapaces de enfrentar a un ser que no es un niño normal.

En fin, en el plano actoral sobresalen Tilda Swinton y los tres actores secundarios que escogieron para el papel de Kevin en distintas etapas de su vida.