Media votos
5,5
Votos
4.390
Críticas
80
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Donald Rumsfeld:
3
7,2
51.413
Drama
'Bohemian Rhapsody' es una celebración del grupo Queen, de su música y de su singular cantante Freddie Mercury, que desafió estereotipos para convertirse en uno de los showmans más queridos del mundo. El film plasma el meteórico ascenso de la banda al olimpo de la música a través de sus icónicas canciones y su revolucionario sonido, su crisis cuando el estilo de vida de Mercury estuvo fuera de control, y su triunfal reunión en la ... [+]
6 de abril de 2019
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Sé por dónde vais. Pero ese no es mi problema. Pensad en cualquier escena. No es que resulten tan artificiales como inverosímiles, es que son incongruentes. Me recuerda a Juego de Tronos, en donde cada secuencia parece haber sido diseñada para contradecir la anterior. Cindy, te estoy viendo.
-Lo siento. Es que eres tan divertido. Y simpático.
-Si te digo que el Dark side of the Moon es uno de mis álbumes favoritos…
-Abuelito, ¿qué es eso?
-Un tanga. Bien, en la película se dice que el tipo de la discográfica fue el productor del Dark Side. Y, simultáneamente, lo retratan como a un imbécil que no tiene ni idea de música, alguien incapaz de arriesgar lo más mínimo al que lo único que le importa es vender discos. Pero sólo el compás de Money ya es más complejo y elaborado que cualquiera de los que se muestran en la película. Y os pregunto ¿de verdad creéis que a uno de los jefazos de la EMI de los 70 le iban a asustar unas cuantas armonías? Y si en verdad se opuso a Queen, ¿no podría ser simplemente que encontrara aquel tema un tanto extravagante para ser usado como single? No, según la película él era simplemente jilipollas; porque si no te gusta Queen al 120% es que tienes que ser jilipollas. Luego, al final de la película, ellos te lo recuerdan: mira, aquí está, solo, por jilipollas.
-Abuelito, mamá dice que no hay que decir tacos.
-Y mi papá que eres jilipollas.
-Ok. Dejad que apunte una cosa en la libreta.
-¿Por qué no tienes móvil? ¿Vives en una cueva?
-Como os iba diciendo, la película es tan intransigente como inconsistente. Da igual la escena. Ni el mito ni la verdad, tan solo un montón de mentiras. Ni drogas ni sexo ni rock and roll. Porque hay que ser rebeldes. Pero sin ofender. A nadie.
-¿Qué es el rock and?
-Darlene, tú sigue pintando. Es tan incoherente, cobarde y políticamente correcta que por un lado parece presumir de que Queen componía temas de 7 minutos (por cierto, Money dura más de 6… y Mahler hacía movimientos de más de 30, tan bizarros, tan extravagantes, tan jodidamente rompedores y al límite de todo que después del primero tuvo serias dificultades para volver a estrenar una sinfonía, y eso que era considerado el mejor director de la época… Me he perdido, ¿por dónde iba?
- Cerrar el paréntesis, 7 minutos.
-Gracias.) Pues eso. Es tan estúpida e incoherente que no se arriesga a poner íntegro un sólo tema mientras que por… por los clavos de Cristo, no pido que se casquen tal cual el Danubio Azul, y aún menos que hagan una coreografía a la altura, pero que menos que 2 o 3 temas de 2 o 3 minutillos. En fin. Vosotras, generación Twitter, no podéis prestar atención a nada más de veinte segundos. Ellos lo saben. Lo usan. Ni siquiera cuando vinieron de gira. Y qué gira. Qué puesta en escena. Planos de cinco segundos con un fondo negro en el que lo único que cambia son los altavoces de sitio. Es una película sobre un grupo de rock en cuya música tiene tanta confianza que no se atreve a inserta más que microfragmentos para no aburrir al espectador.
-Viejo, yo tengo una aplicación donde te lo puedes descargar en un momento y así puedes escucharlos. No están tan mal.
-Yo no lo hubiera resumido mejor. Gracias. Pero dejad que profundice un poquito en la puesta en escena. Más allá de la falta de imaginación (que por otra parte ni siquiera necesitaban), de que en vez de bohemia sea completamente convencional, burguesa y acomodada, de que más que una rapsodia sea un melodrama neurótico, de sus cromas cutres y abusivas, de la pésima fotografía de los exteriores o de las pretensiones operísticas que no llegan ni a ópera bufa, hay algo aún más repugnante… ¿Amanda?
-El personaje de Malek.
-Casi. Pero no; es la reescritura del pasado; la película ignora por completo el pasado, pero no porque éste no fuera bastante más enjundioso que los lacrimógenos planos de la exmujer de Mercury durante la escena final; lo hace con la única finalidad de ajustarla a lo políticamente correcto, que, dicho sea de paso, no es más que otra manifestación del pensamiento único. Niñas, los 70 fueron demasiado complejos, demasiado ambiguos, demasiado incorrectos para la rampante vulgaridad del presente. Pequeñas, entonces el rock era verdad. Y esto no es más que una pantomima. Una que reescribe lo acontecido como si no hubiera sucedido, como si no hubiera existido o solo existiera en función de nuestras necesidades actuales: Vender. Vender entradas a niños de 12 años. Y al igual que las películas de ciencia-ficción de Hollywood, que hace mucho tiempo que dejaron atrás el futuro y se quedaron sólo con la ficción (imaginando, construyendo un futuro que ya ha caducado: el coche eléctrico), usa el Tiempo, pasado y futuro, como si de un régimen orwelliano se tratara. Y ¿por qué? Pues porque suprimir la Historia, negarla, negar la posibilidad misma de establecer o narrar la Historia con cierta veracidad, es equivalente a negar el presente, es decir, a nosotros mismos. Por lo tanto: No existimos. Inexistimos como objetos dentro (o fuera) del mercado. Y de eso es de lo que en realidad va esta película. Es pura superestructura que de modo inconsciente reproduce los intereses de la infraestructura a cuyos objetivos sirve.
-Abuelito, por favor. No sigas...
-Lo siento. Es que eres tan divertido. Y simpático.
-Si te digo que el Dark side of the Moon es uno de mis álbumes favoritos…
-Abuelito, ¿qué es eso?
-Un tanga. Bien, en la película se dice que el tipo de la discográfica fue el productor del Dark Side. Y, simultáneamente, lo retratan como a un imbécil que no tiene ni idea de música, alguien incapaz de arriesgar lo más mínimo al que lo único que le importa es vender discos. Pero sólo el compás de Money ya es más complejo y elaborado que cualquiera de los que se muestran en la película. Y os pregunto ¿de verdad creéis que a uno de los jefazos de la EMI de los 70 le iban a asustar unas cuantas armonías? Y si en verdad se opuso a Queen, ¿no podría ser simplemente que encontrara aquel tema un tanto extravagante para ser usado como single? No, según la película él era simplemente jilipollas; porque si no te gusta Queen al 120% es que tienes que ser jilipollas. Luego, al final de la película, ellos te lo recuerdan: mira, aquí está, solo, por jilipollas.
-Abuelito, mamá dice que no hay que decir tacos.
-Y mi papá que eres jilipollas.
-Ok. Dejad que apunte una cosa en la libreta.
-¿Por qué no tienes móvil? ¿Vives en una cueva?
-Como os iba diciendo, la película es tan intransigente como inconsistente. Da igual la escena. Ni el mito ni la verdad, tan solo un montón de mentiras. Ni drogas ni sexo ni rock and roll. Porque hay que ser rebeldes. Pero sin ofender. A nadie.
-¿Qué es el rock and?
-Darlene, tú sigue pintando. Es tan incoherente, cobarde y políticamente correcta que por un lado parece presumir de que Queen componía temas de 7 minutos (por cierto, Money dura más de 6… y Mahler hacía movimientos de más de 30, tan bizarros, tan extravagantes, tan jodidamente rompedores y al límite de todo que después del primero tuvo serias dificultades para volver a estrenar una sinfonía, y eso que era considerado el mejor director de la época… Me he perdido, ¿por dónde iba?
- Cerrar el paréntesis, 7 minutos.
-Gracias.) Pues eso. Es tan estúpida e incoherente que no se arriesga a poner íntegro un sólo tema mientras que por… por los clavos de Cristo, no pido que se casquen tal cual el Danubio Azul, y aún menos que hagan una coreografía a la altura, pero que menos que 2 o 3 temas de 2 o 3 minutillos. En fin. Vosotras, generación Twitter, no podéis prestar atención a nada más de veinte segundos. Ellos lo saben. Lo usan. Ni siquiera cuando vinieron de gira. Y qué gira. Qué puesta en escena. Planos de cinco segundos con un fondo negro en el que lo único que cambia son los altavoces de sitio. Es una película sobre un grupo de rock en cuya música tiene tanta confianza que no se atreve a inserta más que microfragmentos para no aburrir al espectador.
-Viejo, yo tengo una aplicación donde te lo puedes descargar en un momento y así puedes escucharlos. No están tan mal.
-Yo no lo hubiera resumido mejor. Gracias. Pero dejad que profundice un poquito en la puesta en escena. Más allá de la falta de imaginación (que por otra parte ni siquiera necesitaban), de que en vez de bohemia sea completamente convencional, burguesa y acomodada, de que más que una rapsodia sea un melodrama neurótico, de sus cromas cutres y abusivas, de la pésima fotografía de los exteriores o de las pretensiones operísticas que no llegan ni a ópera bufa, hay algo aún más repugnante… ¿Amanda?
-El personaje de Malek.
-Casi. Pero no; es la reescritura del pasado; la película ignora por completo el pasado, pero no porque éste no fuera bastante más enjundioso que los lacrimógenos planos de la exmujer de Mercury durante la escena final; lo hace con la única finalidad de ajustarla a lo políticamente correcto, que, dicho sea de paso, no es más que otra manifestación del pensamiento único. Niñas, los 70 fueron demasiado complejos, demasiado ambiguos, demasiado incorrectos para la rampante vulgaridad del presente. Pequeñas, entonces el rock era verdad. Y esto no es más que una pantomima. Una que reescribe lo acontecido como si no hubiera sucedido, como si no hubiera existido o solo existiera en función de nuestras necesidades actuales: Vender. Vender entradas a niños de 12 años. Y al igual que las películas de ciencia-ficción de Hollywood, que hace mucho tiempo que dejaron atrás el futuro y se quedaron sólo con la ficción (imaginando, construyendo un futuro que ya ha caducado: el coche eléctrico), usa el Tiempo, pasado y futuro, como si de un régimen orwelliano se tratara. Y ¿por qué? Pues porque suprimir la Historia, negarla, negar la posibilidad misma de establecer o narrar la Historia con cierta veracidad, es equivalente a negar el presente, es decir, a nosotros mismos. Por lo tanto: No existimos. Inexistimos como objetos dentro (o fuera) del mercado. Y de eso es de lo que en realidad va esta película. Es pura superestructura que de modo inconsciente reproduce los intereses de la infraestructura a cuyos objetivos sirve.
-Abuelito, por favor. No sigas...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
-Nosotros, en tanto que sujetos con identidad, somos la historia que nos contamos a nosotros mismos, con todos sus deseos y etcétera. Sea cierta o no, es imprescindible que esa historia esté sólidamente consolidada en nuestro interior. Negar lo sucedido en aras de la conveniencia no sólo vuelve más difuso ese pasado sino que, si se insiste, acaba por sustituirlo. Entonces, de qué tipo de homenaje estamos hablado: de uno a nosotros mismos, de un homenaje narcisista y egocéntrico al que en realidad le da igual lo que pasó porque está demasiado ensimismado mirando su reflejo como para poder apreciar algo más. Si se sigue insistiendo, y vaya si lo hacen, el propio pasado (y futuro) se puede acabar convirtiendo en algo que hacer o deshacer a voluntad. A partir de ahí ya es imposible establecer puntos de referencia que permitan articular un relato, si no cierto, al menos coherente. Las identidades son tiempo, pasado y futuro, y palabras, el modo en que se ordenan los acontecimientos y expectativas. Cuando no hay coherencia, lógica, puntos de referencia, la identidad se disuelve. Evidentemente, no podía haber absolutamente nada de Mercury aquí. Tan solo su reflejo. Su apariencia más remota y superficial. El lugar en el que el sujeto desparece y solo queda la pura banalidad. En efecto, nuestra civilización triunfa allí donde el budismo fracasó. Pero no para despertar a un nuevo nivel de conciencia, sino para anular por completo a los sujetos. Freddie no se merecía algo así. Sin futuro, sin pasado, atado en tiempo real a un presente en el que es imposible ir más allá de lo trivial. De la moda. De la película de moda: la anécdota divertida, el melodrama de fácil digestión y el estribillo desgastado.
- Yeyo, ¿eso no es generalizar demasiado?
-Por supuesto, hay excepciones. Pero no hay generalización sin excepción ni regla sin generalización. Banderas de Nuestros Padres, por ejemplo, no solo nos acerca con respeto al pasado, lo enriquece. Le aporta una nueva perspectiva, una nueva dimensión, la comunicación de masas como un elemento determinante dentro del propio relato que construimos de la Historia. Ni más ni menos. Irónicamente, Banderas de Nuestros Padres critica justo aquello que Bohemian Rapsody realiza. Resultado:2 nominaciones (¡al sonido!) versus 4 Oscars. Pero no os engañéis: el sonido de aquella era mucho, mucho, mejor. De hecho…
-Yo sí que me aburro mucho, mucho.
-No. Yo más.
-Está bien. Pero primero duchaos y poneos el flotador... Darlene, con más fuerza… Cindy, haz el favor de ayudarla… Eso es... Sopla...
- Yeyo, ¿eso no es generalizar demasiado?
-Por supuesto, hay excepciones. Pero no hay generalización sin excepción ni regla sin generalización. Banderas de Nuestros Padres, por ejemplo, no solo nos acerca con respeto al pasado, lo enriquece. Le aporta una nueva perspectiva, una nueva dimensión, la comunicación de masas como un elemento determinante dentro del propio relato que construimos de la Historia. Ni más ni menos. Irónicamente, Banderas de Nuestros Padres critica justo aquello que Bohemian Rapsody realiza. Resultado:2 nominaciones (¡al sonido!) versus 4 Oscars. Pero no os engañéis: el sonido de aquella era mucho, mucho, mejor. De hecho…
-Yo sí que me aburro mucho, mucho.
-No. Yo más.
-Está bien. Pero primero duchaos y poneos el flotador... Darlene, con más fuerza… Cindy, haz el favor de ayudarla… Eso es... Sopla...