Otra adaptación más de una novela de Jane Austen, posiblemente la escritora en lengua inglesa más versionada por el cine después de Shakespeare. El argumento está sobadísimo, no solo por otras versiones de la misma historia, sino por películas recientes que la homenajean como “El Diario de Bridget Jones”, con lo que la sorpresa que nos depara el relato es más bien mínima. Desde la primera secuencia ya te puedes imaginar como va a terminar esta historia llena de chicas casamenteras, amoríos secretos y cursilería decimonónica para parar un tren.
La película está muy cuidada en la mayoría de sus aspectos. Tiene lo típico y tópico de este tipo de producciones: un guión más o menos llevadero, una dirección correcta, sin demasiadas estridencias, una fotografía que sabe aprovecharse muy bien de los paisajes británicos, un diseño de producción preciosista, música de piano y Judi Dench haciendo de vieja estirada.
La gran sorpresa corre a cargo de la interpretación de Keira Knightley, protagonista absoluta que sabe soportar muy bien el peso de la película sobre sus espaldas. Al final va a resultar que la chica sabe actuar. A ver si lo demuestra más a menudo. El resto de los actores también cumplen con bastante profesionalidad sus papeles.
Resumiendo: película entretenida que da lo que promete. Ni más ni menos.