La introducción a la Torre Elysium tiene un estilo que recuerda a Kubrick; los planos simétricos, angulosos, equilibrados. Todos los elementos se presentan de una forma bien diferenciada. Explica la llegada al edificio, cómo funciona esa microsociedad y el sistema de estratos. Deja claro quién es cada personaje y cuál es su función tanto dentro de la historia como a nivel narrativo.

En este sistema se condensa lo que sería la vida en una ciudad en una sola edificación, dividida en estratos. Las clases bajas están en los pisos más bajos; y los más ricos no solo están en lo alto sino que además sus casas están diseñadas de manera que tienen más luz y balcones mejores. La azotea queda a merced del creador de tan rocambolesco microcosmos, Royal; el cual ya tiene más proyectos similares en marcha. Todo absolutamente todo se concentra en el High-Rise: pista de squash, gimnasio, piscina, médico, dentista, supermercado. Por lo que cada miembro tiene un cometido para que el régimen funcione según el esquema marcado por el superior (literalmente).

Es un planteamiento más que interesante, ese reflejo esperpéntico de la humanidad, además está bien orientado y ejecutado. Pero a partir de un punto de inflexión se desmorona. Creo, por otra parte, que es algo buscado, porque es un modo de mostrar cómo se cae a pedazos la sociedad…El problema es que no sigue un hilo narrativo claro o con sentido. No tiene un destino, un punto de llegada; lo que hace que resulte repetitiva, incluso monótona en algunos momentos y el final se haga eterno, parece que no va a llegar nunca.

Por otro lado Tom Hiddleston está pidiendo de una forma nada sutil ser el nuevo James Bond. Porque ya en The Night Manager tiene esa imagen de tío en traje, que resuelve problemas y se tira a toda mujer que se le pone por delante. Digo yo que debe de estar muy a gusto con ese patrón que lo aleja tanto de Loki y lo acerca a esa elegancia natural que lo caracteriza.