Estas palabras extraídas de la Vida de Santa Teresa de Jesús, escrita por ella misma, sintetizan esta magnífica película, que recoge el momento más importante en la vida de la santa andariega. Sí, ese momento en que la Inquisición la juzga, con la finalidad de declarar su doctrina demoníaca y condenarla al fuego de la hoguera.
Solo una vez transcurrido todo el periodo que se describe en el film, que no es otro, que el místico diálogo que sostiene la Santa con el Inquisidor en su defensa, es cuando Santa Teresa se siente libre y legalizada para iniciar en profundidad la Reforma del Carmelo e impulsada a la expansión urbe et orbe de los nuevos conventos carmelitanos, tomando como modelo el primigenio Convento de San José, fundado por Teresa de Jesús en Ávila en el año 1562, que es la localización donde transcurre la mayor parte de los diálogos místicos del guion, que debidamente dramatizados son fieles al espíritu teresiano.
Son destacables la dirección de Paula Ortiz y las interpretaciones de Santa Teresa y el Inquisidor.
Para calibrar la trascendencia de todo lo que se nos explica, terminamos, con las últimas palabras que dijo Teresa de Jesús justo antes de morir en el año 1582:
"Doy gracias a Dios porque muero dentro de la Iglesia".
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