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España España · malaga
Voto de alcaide:
6
Drama En la cima de su carrera como director, Alfred Hitchcock (Anthony Hopkins) decide filmar una película de terror aparentemente de baja categoría. Ningún estudio apoya el proyecto, así que Hitchcock decide financiarlo él mismo y rodarla con un equipo barato de TV. El resultado fue un fenómeno internacional y una de las películas más famosas e influyentes de la historia. (FILMAFFINITY)
2 de febrero de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que detrás de todo gran hombre, se esconde una gran mujer, esa parece ser la máxima de Hitchcock, presentarnos a Alma, la esposa del director británico, colaboradora en la sombra del genio, encargada de reescribir la mayoría de sus guiones y de apoyar al maestro en el montaje final de sus películas.

Por otro lado, que nadie espere un Biopic sobre la vida del genial relizador, el film de Sacha Gervasi se centra exclusivamente en el rodaje de Psicosis, una de sus obras magnas, y en ese punto ya comenzamos a tener sensación de producto inacabado, queremos saber más, y tenemos que conformarnos con que se mencionen, solo de forma ocasional, los antes y después de la filmografía de Sir Alfred, lo que provoca en el espectador, al menos en el cinéfilo, una sensación de vacío, de ausencia.

A favor, cuenta con un reparto sólido y convincente, en el que evidentemente destacan Anthony Hopkins y sobre todo Helen Mirren, ambos afrontan con astucia y sobrado talento sus personajes, dejando alguna escena interesante, cierto que Gervasi ignora profundizar en su complicada relación conyugal, pero los actores se las apañan para resultar elegantes y sutiles con esa realidad.

Sobre la relacción ficticia entre Hitchcock y Ed Gein, el asesino real que inspiró Psicosis, decir que resulta tan insatisfactoria como cargante, a veces es original ver a ambos compartir su mente retorcida, otras se sitúa fuera de contexto y deshace el ritmo narrativo, lo que lleva a pensar inevitablemente, en el partido que un director con mayor personalidad podría haber sacado a tan goloso material.

La recomendación de la cinta, queda limitada por tanto, y casi de forma exclusiva, a fanáticos del inigualable maestro del suspense, y hasta esos, entro los cuales me incluyo, saldrán más bien decepcionados con la apuesta, el resto, se perderán mirando el maquillaje de Hopkins, que por otra parte, resulta mejor de lo esperado, gracias al talento de Howard Berger y Gregory Nicoretto, que hacen un alto en su casi exclusiva dedicación a Quentin Tarantino, y dicho esto, ya que hablamos de otros directores, la próxima vez que Clint Eastwood necesite envejecer a un actor, que les llame, nos ahorraremos engendros plásticos como los de "J. Edgar", ¡esto es cine!, se que Sir Alfred nos permite divagar para ser malvados, siempre que la cosa no vaya con el, claro está.
alcaide
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