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España España · malaga
Voto de alcaide:
7
Drama Década de 1990. Tonya Harding es una prometedora patinadora sobre hielo estadounidense, una joven de clase obrera, siempre bajo la sombra de su implacable e insensible madre, pero con un talento innato capaz de hacer un triple axel en competición. En 1994, su principal rival para los Juegos Olímpicos de Invierno es su compatriota Nancy Kerrigan, a la que, poco antes de los Juegos, un matón a sueldo la golpea la rodilla con una barra de ... [+]
23 de febrero de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con la proximidad de Los Oscar, los cinéfilos experimentamos lo más parecido a un éxtasis emocional, que de un tiempo a esta parte, contempla la feliz inclusión del formato indie, como un obligado y recurrente universo de calidad fílmica que Hollywood no puede ignorar, ante un cada vez más globalizado y decibélico espectro comercial, que parece haber engullido, en gran parte y salvo algunas excepciones, el gusto por un producto más compensado en el territorio de los grandes presupuestos.

Como fruta madura de temporada, y recordando el reciente estreno de la brillante 'The Florida Project', son dos los títulos que se suman a esa particular carrera por la excelencia dentro del cine independiente norteamericano, con un enfoque diferente, pero algunos nexos en común que justifican el hecho de aparecer en el mismo plano.

Tanto 'Lady Bird' como 'Yo, Tonya', son películas que pueden presumir de una dupla de actrices de primer nivel, en ambos casos madre e hija en la ficción, y concretamente en la primera, incluso añade el hecho de tener a los mandos, como guionista y directora, a Greta Gerwig, lo cual intensifica el carácter femenino de una obra limpia y sincera, que versa sobre los problemas reales de una adolescente, en ese momento clave de introspección personal, en el que se toman grandes decisiones que pueden afectar al resto de la vida adulta.

Precisamente, como adulta, la veterana Laurie Metcalf comparte, con gran solvencia, su química con Saornise Ronan, una intérprete que hace tiempo que dejo de ser una simple promesa, para convertirse en toda una realidad del cine contemporáneo, juntas, con la complicidad evidente de la realizadora, y bien arropadas por jóvenes talentos como Lucas Hedges o Timotheé Chalamet, construyen un sólido relato generacional, que si bien no plantea un tema novedoso, se las arregla para resultar fresco y convincente, gracias a un buen guión, lleno de diálogos inteligentes por parte de Gerwig, y un montaje muy ágil, que apenas cede terreno y mantiene el interés del espectador en todo momento.

Curiosamente, uno de los puntos fuertes de 'Yo, Tonya' es la fuerza de un montaje arrollador y compensado, que recurre al formato documental en muchas fases de su metraje, reconstruyendo con gran fidelidad las entrevistas reales que componen el peculiar el universo de Tonya Harding, aquella patinadora sobre hielo norteamericana que a principios de los 90, alcanzó la gloria con una pirueta nunca ejecutada en competición por una mujer de su país, para ser acusada, no mucho tiempo después, de agredir y lesionar a una de sus rivales.

Una historia que algunos conocimos de pasada, gracias a ese capítulo especial de Halloween de Los Simpsons, en el que Homer y Bart acababan como tripulantes en el cohete de los más odiados de América, que lejos de dirigirse a un nuevo planeta, es enviado directamente al sol, y donde obviamente, Tonya se encuentra entre los pasajeros, bien ataviada con su correspondiente ropa de faena, mientras sacude una tubería entre sus manos de modo amenazante.

A partir del material que le brinda el guión de Steven Rogers, el realizador Craig Gillespie culmina, de forma virtuosa, un enérgico ejercicio de estilo, que aprovecha los detalles más escabrosos, para componer un poderoso retrato sobre la estupidez humana y el talento mal gestionado, en ese caldo de cultivo para perdedores que es la América profunda, el marco ideal para esa sorprendente galería de personajes de los que presume el film, y que recuerdan aquello que se suele decir en estos casos, cuando la realidad supera con creces cualquier ficción.

Al igual que en Lady Bird, las dos actrices principales elevan el tono de calidad de la propuesta, desde el puñetazo en la mesa de una Margot Robbie absolutamente entregada a un proyecto, del que no ha dudado incluso en ejercer labores como productora, para que dar vida a Tonya Harding fuese una realidad, a la verdadera reina de la función, directamente enviada desde el Ala Oeste de La Casa Blanca, una espectacular Allison Janney, componiendo uno de los mejores villanos que se hayan visto en mucho tiempo, y logrando la que, con toda seguridad, es la mejor interpretación que vamos a ver, independientemente de la categoría, en esa mencionada carrera por los premios en la que estamos sumidos actualmente.

Por ultimo, cabe recomendar ambos trabajos a todos aquellos que busquen una via de escape al convencionalismo cinematográfico, el viento suele soplar libre en la frontera del cine independiente, y su particular bandera, viene de perlas para ese eterno debate sobre la igualdad de género tan de moda en estos momentos, un terreno en el que tanto 'Yo, Tonya' como 'Lady Bird' tienen mucho que decir, gracias al perfil sólido y categórico del que hacen gala sus protagonistas.



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alcaide
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