Empiezo por decir que NO soy fan de Bay. De hecho, solo he sido capaz de verme las dos primeras de su famosa saga de los autobots (la cual, tiene muchos fans; no es mi caso). Es un hombre excesivo, incapaz de sostener un plano dos segundos y filma a tal velocidad (cual Burguer King que necesita sacar hamburguesas grasientas cuanto antes) que se deja fallos de raccord (difíciles algunos de ver, debido al acumulamiento consecutivo de fotogramas), resultando un producto excesivo.

Pero por otro lado, admiro a esos directores que filman lo que quieren, sin supeditarse a las corrientes actuales que imponen desde los estudios. Admiro a aquellos que se nota que disfrutan grabando una película sabiendo que es una gamberrada. Y es que solo Bay es capaz de grabar una cinta de tal magnitud con escasos 40 millones. Con esto, Disney no filma 15 minutos de sus pijamados héroes rellenos de chroma. Es aquí donde para mi, Bay gana: ofrece entretenimiento, y lo hace de la forma más honesta que puede, sin timar al público con colorines millonarios.

Con respecto al contenido, esta película es una CLARA broma. Bay nunca hace películas en serio. NUNCA. Y eso se refleja en que cada vez que puede, mete un chiste o chascarillo. A él le va el rock. Más de uno que pone malas notas (pero misteriosamente se ven sus pelis para puntuarlas) deberían saber a estas alturas a lo que van. Si quieren cine sesudo, yo soy su principal consumidor. Una pena que este, al igual que el comercial, esté infectado de ideología. Y es en este último punto donde Michael Bay nos la mete bien doblada: coge a la paramédica empoderada y lo lleva al extremo, haciendo que su personaje actúe de manera inverosímil en situaciones, que de ser la vida real, hubiera sido acribillada en el minuto 1 de película. No dejar atrás al alto cargo gay, que te lo meten con calzador para decir "mira es gay, no volverás a saberlo el resto de la película. Porque me la suda".

5,5/10