Tras sus dos pésimas últimas temporadas, la franquicia American Horror Story gastaba aquí su última bala con un servidor, y, con las expectativas un poco altas por la impresionante campaña de marketing, me conquistaron.

Lo que me gustaba de AHS no era que fuese una serie de miedo, o que estuvieste escrita y dirigida por estos monstruos de la televisión, sino su aspecto diferente. Siempre ha dado su estilo, sus planos imposibles, sus ojos de pez perfectamente alineados con el entorno y escenarios oscuros y extravagantes. Freakshow y Coven supusieron un drástico cambio para la serie (recordemos que veníamos de Asylum, la que es para mí, la mejor temporada de todas) haciéndola más melodramática y menos terrorífica. Guiones planos, sin personajes profundos y con una Jessica Lange encasillada en el papel de mala malísima que al final no lo es tanto.

Hotel ha vuelto a sus raíces. Estelares interpretaciones, sangre, sexo sin reparo, vicio, drogas, y terror. Hotel es perturbadora, tal y como consiguieron hacer con Asylum. Hay varias intrigas y fantasmas del pasado, como supieron introducir en Murder House, y espero que no cedan en su empeño de hacer de esta la mejor temporada de todas. Gaga es genial, Matt Bomer también, y el resto del elenco típico de las otras entregas sigue genial. Lástima no poder contar con Emma Roberts aquí.

El estilo de AHS sigue impoluto con una arquitectura y una decoración totalmente creativa y diferente.

Lo dicho, Hotel impresiona. Impecable estilo, guión y actuaciones.