Sin tratar del amor (el tema más socorrido en cine para hacer llorar) es una de las películas más emotivas que he visto. Muy triste, devastadora. No me gusta el protagonista que hace de hermano, tiene un corazón enorme, bondadoso, atento con su hermana y hasta a veces inteligente tratando de ensombrecer el horror que viven, sin embargo no le veo capacitado para cuidar de ella, toma decisiones absurdas y tristemente determinantes para acabar mal. Pero para hacer una buena película, el protagonista no tiene por qué ser un iluminado siempre, ni ser un tipo perfecto, lo que hay que sacar de la película es el drama que viven estos niños que tan solo buscan sobrevivir por culpa de una guerra que no han elegido vivir. El amor fraternal se abusa en este film buscando el llanto fácil y la verdad que lo consigue. La escena de las bolas de arroz, posiblemente poco real o creíble, pero se te vuelca el corazón. Lo mejor la metáfora de las luciérnagas, esa manera de representar que aquello que te ilumina puede desaparecer pronto. Una película que si la ves sin distracciones o estar con el whatsapp seguramente llores. Para mí, muy recomendable y necesaria de ver