La vi en el cine con un amigo en su día, pero se me olvidó al poco tiempo. Hace una semana la volví a ver y mi sensación es que se trata de una propuesta que tiene muy buenas intenciones, y ahí se queda. Y si se queda ahí es porque no ofrece la comedia negra que promete desde un principio, o dicho de otra manera, se cree mucho más divertida de lo que en realidad es. Sin embargo, admito que posee una historia original con momentos graciosos. Aparte, el trío protagonista tiene su gracia, las cosas como son. Su tono recuerda a Resacón en Las Vegas, aunque desde mi punto de vista la cinta que nos ocupa es bastante peor. La trama del film se centra en el plan que preparan 3 amigos para cargarse a sus respectivos jefes de trabajo. Dichos jefes son unos auténticos sinvergüenzas, por no decir otra palabra que sea inadecuada. Los 3 están interpretados por actores súper conocidos. Eso sí, el interpretado por Colin Farrell debería tener más presencia. Se agradece que el visionado cuente con alguna escena de acción para que este resulte más diverso y ameno. Kevin Spacey y Jennifer Aniston están muy bien y se adaptan a sus papeles con una facilidad envidiable. Se nota que se lo han pasado en grande mientras trabajaban. Los gags funcionan sin ser los mejores. En general, te diviertes, pero claramente estamos ante una película del montón. Digamos que es para verla una vez cada mucho tiempo. En mi caso, ni la recordaba, para que os hagáis una idea.