Primer cuarto de hora. Todos los tripulantes de la nave se despiertan a tropecientos mil kilómetros de la Tierra. Y es en ese momento cuando les explican a dónde van. Sí señor. Le preguntan a Noomi si tiene alguna prueba que justifique la idea de que ese planeta tenga vida. Dice: "No, es lo que he decidido creer". "Paren que yo me bajo". Primeros sin sentidos de la película, que se pasarían por alto si sólo fuesen estos. Al rato vemos a un tío fumando en una nave. Bah, licencias que se toman a veces las películas.

Llegan al planeta ese. Un grupo de gente que se presupone inteligente y preparada. Se quitan el casco. Sí sí. Se lo quitan. Y van de sala en sala, sin el casco. Un cartógrafo se pierde. Un biólogo que se escapa por miedo, mira y acaricia a un gusano gigante. Aparecen gusanos porque sí. Un muerto se convierte en zombie.

Una cesárea a sí misma de la cual sale un pulpo que en un rato tiene el tamaño de una habitación. Un androide que es malo o bueno según toque. Personajes sin fondo. Sin forma. Tíos que se suicidan "sin manos". Noomi entra a rescatar la cabeza del androide por un lugar, pero decide salir por un "balcón" colgando todo por una cuerda. Un líquido negro que cada 10 minutos tiene un efecto distinto. Puede dejar embarazada a una mujer, convertir un gusano en un gusano gigante, deshacer el cuerpo de un extraterrestre. Lo que tú quieras.

No tiene buen ritmo, y los ritmos que usa son de diferente compás. Ninguna de las historias-mierda que cuenta tienen sentido o se hacen interesantes. Los personajes no dejan de hacer estupideces, como dejar el control de mando vacío para echar un polvo. Hay mil sinsentidos más, explicados muy bien en otras críticas. Mi resumen: una película de la que sientes vergüenza ajena.