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España España · Mataró
Voto de Andreu:
1
Drama Estados Unidos, años 50. Jack (Hunter McCracken) es un niño que vive con sus hermanos y sus padres. Mientras que su madre (Jessica Chastain) encarna el amor y la ternura, su padre (Brad Pitt) representa la severidad, pues la cree necesaria para enseñarle al niño a enfrentarse a un mundo hostil. Ese proceso de formación se extiende desde la niñez hasta la edad adulta. Es entonces cuando Jack (Sean Penn) evoca los momentos trascendentes ... [+]
22 de octubre de 2011
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de nada, reconocer que mis expectativas en cuanto a la película eran grandes por varios motivos: dirección, intérpretación, tema, fotografía y banda sonora. Tras haber disfrutado de sus trabajos anteriores, es justo reconocer que no considero a Malick mi director favorito, aunque sí estimulante y capaz de sorprenderme gratamente. Hasta hoy, el discurso de su filmografía siempre me ha parecido personal, original y exento de cualquier intromisión comercial o ideológica. Después de visionar el film con la máxima atención y sin dejarme coaccionar por mis expectativas, sentí una profunda decepción por su opacidad y, lo que es peor, arraigó en mi la sensación de oportunidad malograda por Malick y de pérdida de tiempo ante la pantalla.Tal y como acostumbro a hacer, dejé reposar la película, leí a posteriori cuantas críticas especializadas pude, la comenté con amigos y, por último, revisé mi concepto de cine con especial atención para con su objetivo advirtiendo que Terrence había planteado un sutil jaque al mismo.

La pretensión del séptimo arte es variopinta; en la mayoría de los casos el entretenimiento de sus consumidores es suficiente, pero en algunas ocasiones aquello que esta disciplina artística propone trasciende y consigue conectar (vía comunicativa, provocativa, simbólica, metafórica...) con nuestro espíritu de forma notoria, estimulando desigualmente nuestra razón, emociones y sentimientos. Como en toda obra de arte, la interacción en el celuloide -si puedo llamarlo así- se establece entre el artista y el receptor, en este caso, tratándose de un producto tan personal, entre Malick y un servidor. Llegado a este punto y amparándome en que toda crítica es subjetivamente antidemocràtica, me atrevo a afirmar con pocas dudas que el árbol socava esta visión del cine. Considero que Malick no consigue poner a mi alcance suficientes cabos de los que tirar, el film se pierde en simbologías susceptibles de ser interpretadas en la mayoría de los casos de cualquier forma y desgraciadamente se vuelve opaca por su deseo de trascender. No soy, ni por asomo, un experto en poesía cinematogràfica ni en simbología universal, pero sí soy un ávido consumidor de cine que no ceja en su empeño de dejarse impregnar por el supuesto cine que emana del árbol vital. Leídas y releídas las críticas que ensalzan la película hasta el olimpo cinematográfico con el objetivo de obtener las pistas necesarias y revisado el film, sigo sintiéndome cómo un bosquimano ante el Guernika, es decir: no conecto con él ni por vía emocional, sentimental ni del raciocinio.

Mi última esperanza subyace en la publicación del DVD con los correspondientes comentarios del director. Hasta entonces no puedo sino afirmar que el árbol de la vida constituye un aparatoso jaque de impenetrable simbolismo a la concepción que tengo del cine. Si en el futuro, dicha voz en off me lleva a alguna parte, ciertamente, como muchos críticos se han cansado de afirmar, algo habrá cambiado en el cine.
Andreu
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