La mejor película de los Marx; una de las mejores comedias de la historia del cine.

Poco más se puede decir sobre esta burrada ácrata, absurda, demente, que tira contra todo (política, patriotismo, amor, guerra, vendedores de naranjada) con una mala leche abismal. El trío está en la cima: Groucho con su verborrea incesante e hiriente, convertido en dictador (Dios mío), Chico haciéndo de espía y liándola parda, Harpo... Harpo y su amor por los caballos.

El director Leo MacCarey, veterano de incontables comedias y dramas del Hollywood de la depresión, tuvo que lidiar con los exaltados paladines del anarquismo, y salió perdiendo. Para bien. Aquí no encontramos interludios amorosos ni tramas anejas (típico de las demás películas de los hermanos), simplemente un tornado de secuencias magistralmente locuelas, sin apenas guión, casi se diría improvisadas. ¿Y la pobre Margaret Dumont? Lo que tuvo que sufrir esta seria actriz de carácter en medio de semejante pandemonio...

Nadie debería perdérsela.