Película divertida, entretenida en el mejor sentido de la palabra. Tarantino (al que salvando las distancias le veo un paralelismo con Almodóvar en el sentido de que ambos hacen lo que quieren) juega con la historia como le da la gana y ofrece una película perfectamente ejecutada en la que disfrutas como un niño en el cine del colegio. Cuenta a su favor con que (casi) todos vemos a los nazis como el gran mosntruo del siglo XX y llegamos a saborear las escenas en que se les jode vivos.
Pero no sólo es una película de guión, es una película de impecable factura, con un mimo en ciertas escenas insólito (impagable la Mimieux vestida de rojo con el fondo de la bandera nazi mientras se escucha la excelsa Cat People de Bowie). La cámara está a veces llevada con la minuciosidad y a veces con la soltura de un "loco por el cine".
Los toques de humor en los momentos más negros siguen siendo marca de fábrica y las sorpresas fluyen sin parar. Sí es cierto una cierta pérdida del ritmo narativo en ocasiones, pero da la impresión de que Tarantino se demora y acelera como le viene en gana.
Música muy a tener en cuenta (con un Para Elisa de Beethoven en plan ranchera que te hace llegar una sonrisa a los labios), ya digo, con un tema de Bowie excelente y que viene muy al pelo a la escena (oigan la letra).
Y,por último, me encanta la sala de cine que me recuerda a las salas de antes; y me parece sublime la forma de finalizar la película: sin hacer falta el spoiler, cine sobre cine, cine contra historia. Cuando la vean ya me entenderán.