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España España · Málaga
Voto de Nuño:
7
Drama En 1915, Camille Claudel (Juliette Binoche) es internada por su familia en un asilo de enfermos mentales al sur de Francia. Ya no volverá a esculpir, pero espera siempre la visita de su hermano, el escritor Paul Claudel. Fue rodada en un manicomio, donde Binoche actuó rodeada de auténticos pacientes con problemas mentales. (FILMAFFINITY)
25 de diciembre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que existe una brecha importante entre que una interpretación principal sea lo que más nos guste de una película, y que esa película tenga valor únicamente por dicha interpretación. Ciñéndonos a 'Camille Claudel 1915': es cierto que la interpretación de Binoche es lo más potente aquí, pero creo que es justo valorarlo como mérito de la actriz tanto como del uso que de ella hace el director. Un actor puede ser malo, mediocre o bueno; y el director puede hacer un mal uso, un uso normal o un buen uso de las capacidades del actor al dirigirlo. En este caso, creo que la combinación apunta al alza en ambas variables: la actriz es extraordinaria, y el uso que Dumont hace de ella es idóneo. [De otro modo, hay actores comúnmente aborrecibles que, en los contextos adecuados, han logrado composiciones interpretativas de buen nivel; más aún, de esas que "no nos dejan imaginar a ningún otro en su papel" (quizás Tom Cruise en 'Eyes wide shut' sea un buen ejemplo de esto que digo)]. Por aquella ley asociativa de la recencia, el ejemplo que rescato para ilustrar esto, apenas 20 minutos después de haber terminado la película, es el último plano que Dumont extrae de Binoche. Ella sonríe de una forma misteriosa y ensimismada, y el director hace que esa sonrisa coincida con el epílogo de su vida sobreimpreso en la pantalla, el cual es verdaderamente descorazonador. Ambos elementos (sonrisa y epílogo) confluyen y atizan emocionalmente al espectador: ella está sonriendo a algo que está más allá de su propia y triste biografía; y Dumont quiere que, justamente, ocurra así. Es una sonrisa inenarrable, a algo que está más allá de la pantalla, y que yo, por lo menos, no alcanzo a definir, pero es en ello donde ubico la magia del Cine.

Gracias.
Nuño
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