Película difícil de digerir para la mayoría, pero no por las escenas perturbadoras, si no por su extraño ritmo.

Empieza lento, muy lento. Los primeros 60 minutos se hacen un poco largos, que no aburridos. Pero lo que estamos viendo es una especie de drama "amoroso" de dos fracasados que acaban juntos más por necesidad de compañía que no por amor.
Y dices: bueno, no está mal el argumento, pero a ver si llega ya la parte de terror..

Tras esto, hay un cambio radical en el ritmo sin previo aviso. De un fotograma al otro, pum, esto empieza a desbocarse y los últimos 40 minutos pasan como un suspiro porque asistimos a un festival de locura y exhibición de dotes interpretativas del más alto nivel.

Parece que esta es la parte de terror. Pero no, no es terror. Sigue siendo un drama, con tintes terroríficos, pero sigue siendo el mismo drama amoroso de dos fracasados que, ahora sí, sucumben a la locura más extrema.

Vemos el apellido de Friedkin y automáticamente esperamos terror sobrenatural. Pero en esta ocasión no es esto lo que nos ofrece el director.
No pretende asustar, imposible hacerlo cuando "lo terrible" ocurre tan rápido que prácticamente se consume en un instante y ya lo que se nos muestra son las consecuencias de esa consumación.

Mas bien pretende extasiarnos, porque hay algo muy atractivo en presenciar esa otra dimensión que los protagonistas construyen a través de su locura compartida.

Yo la he disfrutado. Recomendable para quienes quieran ver cine distinto de lo habitual.