Buenas interpretaciones (en especial la de la protagonista), exquisita fotografía, y un argumento muy simple que se beneficia de un montaje excelente, para una película irregular que se divide en dos partes muy diferenciadas, y con un final alargado en exageración.
En esa primera parte, la presentación de personajes y la preparación de la venganza se desarrolla a base de un sinfín de flashback que, pese a que puedan llegar a ser liosos para según quien, la hacen ser tremendamente entretenida y absorbente. Pero en el segundo tramo, el de la venganza propiamente dicha, todo se ralentiza demasiado y la narrativa es lineal y, en algunos momentos, aburrida.
Buen colofón a la trilogía, con muchos simbolismos y alejada del odio latente y el salvajismo de sus predecesoras, con otra lección de manejo de cámara y elección de encuadre, pero a la que media horita menos no le hubiese ido nada mal.
Por otra parte, y como comentario personal, decír que la venganza que se nos muestra es exactamente lo que yo creo sería el castigo más justo para cualquier individuo que se atreviese a hacer según que atrocidades. Si algo así estuviese amparado por el código civil, algunos no harían huelga de hambre como protesta, sino por no cagarse en los pantalones.