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Voto de Of The Assumption:
9
Drama. Fantástico. Romance
Cuando un músico muere, su espíritu solo puede ser visto y oído por un torpe estudiante universitario. Pueden cambiar de lugar durante 30 minutos con un Walkman. El estudiante aprende a socializar con la antigua banda y la chica del músico.
12 de junio de 2021
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Robert Schumann decía que la música era el lenguaje que le permitía comunicarse con el más allá. Sin duda, cuando empiezan a sonar las notas, de alguna manera todo cambia y los bordes del mundo se difuminan. El tiempo y el espacio parecen perder su lugar y durante los segundos que permanece en nuestros oídos tenemos la sensación de que todo es posible.
Kentarô Hagiwara ha hecho una película en la que esta idea alcanza su mayor expresión. Con un comienzo fulgurante, apenas unos minutos en los que vemos la historia de Aki y su muerte a través de rápidas transiciones, pronto se nos presentará al otro personaje principal, Sato. Ambos son como el día la noche, alegre y extravertido uno, lleno de alegría de vivir, y el otro bastante huraño, serio y solitario. Sato encuentra un walkman perdido de Aki, y al ponerlo en marcha, son capaces de cambiar de cuerpo. Esto tendrá un por qué, y al final la relación que se establece entre ellos, y la evolución de los personajes serán el eje central de la película.
Pero toda la cinta gira en torno a la música: Porque Aki tenía una banda, porque Sato es un pianista que compone solo para sí mismo. Porque, como dicen en una escena genial, cuando uno tiene una conversación interesante o disfruta de la música, los segundos parecen durar mucho más, la vida parece ser mucho mejor. Así que en torno a este arte, ambos encuentran un punto en común: Aki quiere que la banda que lideraba, que se ha disuelto tras su marcha, vuelva a juntarse, y Sato descubre que esos segundos de disfrutar de la música son eternidades enteras cuando es capaz de compartirlas con los demás.
Podemos esperar lo típico de una película desenfadada, pero profunda: un triángulo amoroso clásico, una banda sonora maravillosa, el contraste entre la jaula de las vidas cotidianas respecto a la expresión artística. Un canto, y nunca mejor dicho, a la creatividad, a los años universitarios, a la vida misma. No se debe dejar de ver. Es una pequeña joya.
Kentarô Hagiwara ha hecho una película en la que esta idea alcanza su mayor expresión. Con un comienzo fulgurante, apenas unos minutos en los que vemos la historia de Aki y su muerte a través de rápidas transiciones, pronto se nos presentará al otro personaje principal, Sato. Ambos son como el día la noche, alegre y extravertido uno, lleno de alegría de vivir, y el otro bastante huraño, serio y solitario. Sato encuentra un walkman perdido de Aki, y al ponerlo en marcha, son capaces de cambiar de cuerpo. Esto tendrá un por qué, y al final la relación que se establece entre ellos, y la evolución de los personajes serán el eje central de la película.
Pero toda la cinta gira en torno a la música: Porque Aki tenía una banda, porque Sato es un pianista que compone solo para sí mismo. Porque, como dicen en una escena genial, cuando uno tiene una conversación interesante o disfruta de la música, los segundos parecen durar mucho más, la vida parece ser mucho mejor. Así que en torno a este arte, ambos encuentran un punto en común: Aki quiere que la banda que lideraba, que se ha disuelto tras su marcha, vuelva a juntarse, y Sato descubre que esos segundos de disfrutar de la música son eternidades enteras cuando es capaz de compartirlas con los demás.
Podemos esperar lo típico de una película desenfadada, pero profunda: un triángulo amoroso clásico, una banda sonora maravillosa, el contraste entre la jaula de las vidas cotidianas respecto a la expresión artística. Un canto, y nunca mejor dicho, a la creatividad, a los años universitarios, a la vida misma. No se debe dejar de ver. Es una pequeña joya.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Comparto aquí dos detalles muy interesantes:
- La referencia a 'El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas' cuando, con las jarras de zumo, Sato explica a Aki la relación del walkman y su existencia. Es como cuando el profesor le cuenta al protagonista la relación entre los dos mundos y este, tras una reflexión sobre su propia desaparición decide aceptar su destino.
- De entre todos los formatos de reproducción musical a elegir, la elección del walkman se realiza por lo que pasa con el sonido sobregrabado. Aún así, es extraño verlo en una película tan actual. Hay un par de escenas donde se le rinde homenaje, cuando se menciona a Sony como la mejor marca, que fue la que lo comercializó, y cuando el padre de Sato ve el walkman
- La referencia a 'El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas' cuando, con las jarras de zumo, Sato explica a Aki la relación del walkman y su existencia. Es como cuando el profesor le cuenta al protagonista la relación entre los dos mundos y este, tras una reflexión sobre su propia desaparición decide aceptar su destino.
- De entre todos los formatos de reproducción musical a elegir, la elección del walkman se realiza por lo que pasa con el sonido sobregrabado. Aún así, es extraño verlo en una película tan actual. Hay un par de escenas donde se le rinde homenaje, cuando se menciona a Sony como la mejor marca, que fue la que lo comercializó, y cuando el padre de Sato ve el walkman