Un samurái sin señor, un Ronín, que acepta trabajar como guía y protector de un niño bastante vehemente y hasta cierto punto maleducado, perseguido por un extraño grupo de guerreros chinos con una enigmática y terrible intención, en una época medieval allá en Japón. El samurai, no obstante, guarda un secreto terrible, angustioso, un trauma debido a su actividad en una guerra anterior. Algo que deberá superar, recordándonos, por momentos, al filme "Kenshin, el guerrero samurái".

Magnifica ambientación y vestuario apoyan una historia de aventuras en el sentido más clásico, donde, a la que te descuides, parece que estás viendo a actores reales. Excelentes coreografías de combate con un espectacular clímax final, con el que respiras y vives la emoción de los duelos, de los combates, de la pelea final con un villano que dignifica y eleva el filme - siempre es mejor tener buenos antagonistas - para disfrutar de la aventura más grandiosa.