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España España · Rivas-Vaciamadrid
Voto de Quinto Sertorio:
7
Comedia. Drama. Romance Melvin Udall (Jack Nicholson), un escritor maniático que padece un trastorno obsesivo-compulsivo, es el ser más desagradable y desagradecido que uno pueda tener como vecino en Nueva York. Entre sus rutinas está la de comer todos los días en una cafetería, donde le sirve Carol Connelly (Helen Hunt), camarera y madre soltera. Simon Nye (Greg Kinnear), un artista gay que vive en el apartamento contiguo al de Melvin, sufre constantemente su ... [+]
17 de septiembre de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy en día, con el control doctrinario que está manipulando y cercenando la creatividad en Hollywood, este filme, tal como está planteado, no podría estrenarse. O como poco se le pondría una cortinilla al inicio, como hicieron con "Lo que el viento se llevó".

Y eso que en un principio cumpliría con creces todas las obsesiones y cupos que tanto preocupan hoy en día a los inquisidores hollywoodienses. Tiene como protagonistas a un homosexual anglosajón y a otro afroamericano y a una mujer fuerte, capaz de sacar a su familia adelante sin el apoyo de hombre alguno. Y sin embargo, este filme sería masacrado por la nueva censura debido a que su personaje protagonista es un hombre blanco heterosexual, homófobo, racista (desprecia a judíos, hispanos, afroamericanos), xenófobo, machista, clasista, aporafóbico e incluso al inicio, maltrata a un animal. Una persona con una enfermedad que le lleva a ser así. Quizás una apropiada disculpa para su penoso comportamiento. Sería masacrado porque descubriremos que tras ese fardo de prejuicios puede existir una maravillosa persona, algo, a todas luces, imposible de plantearse en un film actual. Y sin duda, jamás le hubiesen dado el Oscar que sí recibió.

El guión aborda de una manera inteligente, no como ahora, la homofobia, el racismo y el machismo. Nos presenta a un personaje tan pasado de vueltas, con unas expresiones tan bochornosas y un comportamiento tan aborrecible, de vergüenza ajena, que resulta ridículo que alguien pueda estar de acuerdo con sus prejuicios expuestos de esta manera y evidencia, de manera aplastante, el absurdo de la discriminación hacia el prójimo.

Pero también el filme se adentra en uno de los cánceres de la sociedad americana; el acceso a una sanidad decente. Dos de los personajes sufren en sus carnes la falta de una sanidad pública; uno de ellos es asaltado y apalizado y aparte de la pérdida de sus bienes, la factura de varias semanas en hospital (62.000 $) le arruina y acaba con su vida como hasta entonces la vivía. Es otro tipo de robo. El otro personaje, paga a una Mutua que no le cubre ni un análisis de sangre y lleva una procesión de varios años por médicos sin experiencia y sin acierto. Si tienes dinero, tendrás salud. Qué miedo. Que mie**** de sociedad.

Adentrándonos en el filme es imposible no disfrutar del mismo. Grandes interpretaciones, magníficos personajes y unos grandes diálogos que aprovechan una química innegable entre los actores. Resulta curioso que inicialmente los personajes iban a ser interpretados por Kevin Kline, Ralph Fiennes y Holly Hunter. Quizás la diferencia de edad entre el personaje de Nicholson y el de Hunt no sería tan acentuado, pero pienso que veríamos otro película completamente distinta. Si que es cierto que Nicholson es demasiado mayor para el papel; de hecho en la vida real tenía un año menos con respecto a la actriz que hacia de madre de la protagonista, la inolvidable Shirley Knight. Pero Nicholson es Nicholson y aquí todas sus muecas, extraños gestos y descompensados movimientos le vienen como anillo al dedo a un personaje tan estrafalario que debió inspirar al Sheldon de "Big Bang Theory".

Una gran comedia. Y con un fondo crítico nada desdeñable. Hay que aprender de los buenos guiones y olvidarse de los cupos. El talento no se impone, se impone la mediocridad.
Quinto Sertorio
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