En la última temporada de Lupin, muestra un gran desarrollo en el uso de los libros de Maurice Leblanc, en la cual aporta la magia en las distintas situaciones que se realiza durante el transcurso de los capítulos, sabiendo anticipadamente los finales airosos del protagonista, pero no quita lo entretenido y mágico. A nivel producción, implementa detalladamente las variadas escenas de la serie. La adaptación contemporánea y el uso de las tecnologías actuales están muy acertadas en cada secuencia de la serie. Lo interesante, es el uso bien logrado de distintos disfraces y maquillajes que utiliza el protagonista, sobretodo cuando hace de entrenador de basquetbol de su hijo.
Esta serie está para acomodarse en un sillón con un snack y gaseosa, y disfrutar al trote de cada capitulo y de las formidables actuaciones de cada protagonista.