Créanme que no era fácil, póngase por un momento en su piel, dirigir un western épico en 70mm "Grandeur" en el año 1930 con una cámara que debía ocupar como un armario ropero de los de antes.
Con razón la cámara apenas se mueves (los primeros 40 minutos ni un solo movimiento, todo montaje a corte), excepto en los "caravana movements" (me niego ha llamarlo travelling porque no hay vías).
Es increíblemente difícil intentar hacer una película épica con ritmo sin poder mover la cámara y eso es lo que le pasa al pobre Walsh.
Tenemos también algunas correcciones laterales (en los travellling caravanas) que denotan lo engorroso que debía ser la cámara que debían manejar, planos rodados probablemente a 18 fotogramas o menos para dar la sensación de que Wayne caza a los búfalos (visto ahora es tremendamente cómico y absurdo)...
También he podido percibir problemas con la iluminación cuando el malo encarga a sus acólitos que "acompañen" a Wayne en la caza de los bisontes; como están en movimiento y están usando espejos para reducir el contraste de los actores que están en sombra y a pesar de moverse la caravana muy despacio la luz aparece y desaparece de los personajes.
La película tiene muchos y variados problemas pero lo más agravante, como he dicho, es la falta de ritmo que lastra una historia que posteriormente se contaría muchísimo mejor y, posiblemente, con muchas menos penalidades para llevarla a cabo por parte de los técnicos.
En cualquier caso merece la pena verse por disfrutar de un 70mm... ojalá se hubieran hecho y se hiciesen más ahora.

PD: Atención a la escena de la tormenta, solo por ella merece disfrutarse está película.