Película grande donde las haya, llena de momentos divertidísimos, pero sobre todo con contenido y buen hacer. Una película que te marca, de las más entretenidas que he visto nunca, a la altura de Lady Halcón, Cristal Oscuro o La princesa prometida.

El papel de Jennifer Cornelly se aleja del típico papel de niña repelente de películas al uso y te atrapa de principio a fin. Los personajes, todos y cada uno de ellos, son verdaderamente entrañables. Hasta David Bowie marcando paquete...

Lo único que lamento es haberla visto con 28 años y no con 12 o 13, y no haber disfrutado de ella también en mi infancia, pero aún así, por un momento volví a sentirme como un niño pequeño enganchado a la pantalla de la TV. Un verdadero alegato a la magia y a la imaginación.

Per tot això li posarem... un 8.