Una película sobre la perdida de un ser querido y como todo lo que antes tenia valor, ahora pasa a ser extraño e incomodo. Una película sobre la autodestrucción que produce ese dolor que lleva al protagonista al borde de la locura, comportándose de manera errática, enfadado con el mundo y dejándose llevar por lo que le apetece en cada momento y llevando lo mejor que puede el duelo de perder a quien mas quería.

Excelente interpretación de Gyllenhaal que es un gran profesional y hace creíble el sufrimiento contenido del protagonista y sus desvarios.

No había reconocido a Naomi Watts, hacia tiempo que no la veía en ninguna película y acompaña a Gyllenhaal en su dolor, pero no aporta mucho a la trama. Judah Lewis esta muy bien en su papel de hijo rebelde y con toda seguridad acabara siendo un Di Caprio, un Joaquin Phoenix o el mismo Jake Gyllenhaal.

Aunque no me parece un tema original, la película merece la pena.