Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Caith_Sith:
6
Bélico. Drama En un pueblo inglés, Albert, el hijo de un granjero, ve nacer un potrillo. Poco después, su padre lo adquiere en una subasta, y el chico le pone de nombre Joey. Pero la familia se arruina y no tiene más remedio que vender el caballo justo cuando estalla la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Ése es el punto de partida de un viaje en el que tanto Albert como Joey lucharán por sobrevivir a la contienda y volver a estar juntos. (FILMAFFINITY) [+]
15 de enero de 2012
36 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Negar la solvencia de Steven Spielberg a estas alturas, pues como que no viene a cuento. Lamentablemente "War Horse", sin ser una película mediocre, tampoco hacía falta. Funciona como un 'greatest hits" de su carrera, incorporando batallas, soldados, trincheras y emoción en forma de familia con problemas financieros que aborda una pérdida aún mayor y cambia radicalmente su núcleo. El caballo de batalla funciona así como el eje que hace girar todas las sensaciones en una película tan "spilbergiana" que ni siquiera se atreve a hacer algo diferente para no traicionar al público al que va dirigida: nostálgicos con ganas de soltar lagrimones con la historia de amor más políticamente incorrecta desde la de la saga "Crepúsculo".

"War Horse" tiene momentos de gran cine, pero son escasos. Sus primeros veinte minutos rinden una homenaje al cine familiar clásico, con un toquecillo de Capra en la forma de abordar ese humor naturalista. Luego viene el drama... y el caballo pasa de mano a mano hasta su inevitable destino. Es precisamente en alguno de esos segmentos (especialmente en dos de ellos) donde la cosa se alza y se despega del camino fácil. La relación de un anciano francés con su nieta, por ejemplo, o la de un soldado alemán con su corazón (interpretado por el inmenso Nicholas Bro), sirven como fugas emocionales en una historia que a fuerza de ser emocionante termina siendo fría. Le falta alma a este caballo de batalla, herido de gravedad, pero aún así peleón. De no ser por sus momentos (aislados en su dilatado metraje) la película no funcionaría. Pero negar sus virtudes sería estéril, máxime cuando su soberbia fotografía nos recuerda a muchos el porqué amamos el cine. Aunque para eso, sus tres últimos minutos, que rompen estilísticamente con lo anterior y Spielberg deja paso a John Ford, resucitado, y sólo hay una posibilidad: aplaudir hasta quedarse sin manos. Porque "War Horse" tiene probablemente el epílogo más embriagador a nivel visual de todo lo que dio de si el cine de 2011 (que fue mucho). Tres minutos para atesorar y soñar de nuevo con el gran Spielberg. Ése que, me temo, no volverá con "Lincoln".
Caith_Sith
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow