La verdad es que el arranque inicial de la película es sobresaliente. Rodado con cámaras digitales, parece casi que vemos un documental donde Cillian Murphy camina por una Londres completamente destrozada y vacía. "¿Hay alguien?" se repite constantemente mientras él camina y camina hasta llegar a una iglesia. Y aquí comienza todo. Lástima que pese a que sorprenda un poco no acabe de mantenerse esa tensión.

Ciertamente, la primera hora de película es muy buena. Nos narran como cuatro simples personas van avanzando cautelosamente al lugar que parece ser la salvación para ellos ante la epidemia, pero cuando llegan todo se va al traste. Salvo un ligero detalle cojonudo en el guión (cuando el coronel le dice al protagonista la frase mítica de las mujeres), todo empieza a ser un cúmulo de tópicos.

Especialmente sorprende la facilidad con la que Boyle PLAGIA a su otra película, La Playa, convirtiendo sin motivo alguno al protagonista en una especie de Rambo. Él sólo puede con todos, puede infiltrarse en una casa, conseguir que los afectados no le hagan nada... Una flipada fuera de tono. Y el final... bueno, no está mal.

Lo mejor de todo las cámaras, que parecen muchas veces un documental, así como cuando aparecen los infectados... que da un poco de cague. Salen pocos, pero en algunas escenas (la del puente sin ir más lejos) uno se llega a poner nervioso. La ambientación no está mal tampoco, pero a mi juicio en general la cinta cae por su propio peso tan pronto como llegan a la base militar. Una lástima, por que el inicio de la película es antológico.