Retrato de una obsesión, también conocida como Fur que significa pelaje, nos cuenta un periodo concreto sobre la vida de Diane Arbus (Nicole Kidman), una prestigiosa fotógrafa del siglo 20. No se trata de un biopic al uso de Diane Arbus, es un filme basado en el libro de Patricia Bosworth que también ejerció de actriz pero se dedicó más al periodismo. En esta película dirigida por Steven Shainberg (Secretary, 2002), nos introduce en la mente y las formas de Diane Arbus, que siendo una tímida mujer, se enamora de un misterioso personaje que se muda a su mismo edificio. Su obsesión por tal individuo le llevará a querer conocerlo a fondo y a introducirse cada vez más en el mundo interno de ese hombre, considerado un marginado por la sociedad. Nicole Kidman y Robert Downey Jr. se cargan todo el peso de la obra de Shainberg, amoldando al espectador a las dotes escénicas de estos dos grandes actores de la meca del cine. La fotografía de Bill Pope es muy aceptable en toda la filmación, que es nada menos quien desarrolló la cinematografía virtual de la trilogía de Matrix y también ha colaborado codo con codo con directores de la talla de Sam Raimi y Edgar Wright. En el fondo, la obra de Shainberg es una historia ficticia que nos hará pensar que estamos viendo el cuento de hadas de origen francés, La bella y la bestia. Es un filme hermosamente extraño, que nos adentra en el terreno de lo distinto e inexplicable de los actos humanos y lo exótico de la vida alejada de nuestras miradas.