Si algo tiene Bambi que pocas películas pueden presumir es tener una estética fabulosa, unos personajes bien diseñados y unos fondos irrepetibles. A nivel técnico es una película poderosamente visual. El trabajo que los artistas de Disney realizaron fue espléndido y subió el listón de la compañía en cuanto al apartado técnico. Nos encontramos unos animales menos humanizados que de costumbre, apostando por los movimientos reales (increíblemente conseguidos), no así en los sentimientos, ya que la película es la más sentimental y la más dura de Disney. En ella vuelve a hacerse uso de la estrategia de no enseñar lo más terrible, sino sólo sugerirlo mediante sombras y sonidos. Yo he llegado a la conclusión de que esta forma de presentar una escena es aún más terrorífica porque va directamente al terror psicológico y ahonda en nuestra imaginación, mientras que si fuera visual sería impactante sólo unos instantes en nuestra retina y el efecto duraría menos al ser sólamente visual. Supongo que eso explicaría por qué Bambi generación tras generación ha marcado a muchas personas y piensen que se trata de una película con un mensaje terrible. Pero volviendo al argumento, vivimos con Bambi su paso de cervatillo a adulto con el cambio de estaciones y nos introducimos con él sutilmente en la vida del bosque y en su ciclo de la vida. El gran acierto de Disney (ya lo había hecho en el pasado con mucho éxito) era acompañar al personaje principal de amigos carismáticos, y en este caso fueron Tambor y Flor los elegidos. El primero con mayor protagonismo fue un acierto absoluto con una personalidad única que ha permanecido a fuego en la memoria de la gente. De Flor, en cambio, se le recuerda por su "confusión sexual", debido a que Bambi le llama Flor (nombre femenino) y ser un varón (que al ser doblado con una voz ambigua favoreció a confusión). La mayoría de la acción se sucede de forma lenta, sobre todo en la primera parte de la película, aunque la ternura de Bambi descubriendo el mundo que le rodea desde la perspectiva única de la infancia dotan al film de una belleza y ternura sin igual, aunque es precisamente esto lo que la relentiza, pero no podría haberse hecho de otra manera ya que hacer creíble el despertar a la vida supone hacerlo lentamente cosa por cosa. La segunda parte es mucho más ágil y dinámica, y sin duda la parte más aventurera del film. Respecto a la música, volvemos a encontrarnos una partitura preciosa en cuanto al score, que se ajusta a la perfección a la animación, aunque lamentablemente en las canciones flojea y ninguna se mantiene en la memoria. Por tanto Bambi es una delicia que hay que disfrutar lentamente y sin prisas, saboreando todos los elementos de la naturaleza y el mundo animal que se nos muestran. Así es la vida. Así es Bambi.