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España España · Madrid
Voto de Luigialo:
8
Drama. Romance. Bélico Franz y Fani Jägerstätter son un feliz matrimonio que vive con sus tres hijas en su granja alpina en Sankt Radegund, Austria. Son campesinos, viven y trabajan rodeados de un impresionante paisaje montañés. Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, los hombres comienzan a respaldar el nazismo, pero Franz no se deja arrastrar por la corriente mayoritaria. Se resiste a prestar juramento a Hitler y se convierte en el primer objetor de un ... [+]
9 de octubre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Puede una película cambiarte la vida? Puede acongojarte tanto que tengas miedo de quedarte sin respiración?
Seguramente el final de _A Hidden life_, es cuando más cerca ha estado Mallick de conseguir esa trascendencia. Los últimos 20 minutos son absolutamente sobrecogedores y me llevan a desear estar solo en la sala para poder dar rienda a un llanto catártico y, de alguna forma, liberador.

Y sin embargo la apuesta de Mallick resulta agotadora y reiterativa durante una gran parte de su metraje. Recuerda continuamente a ese milagro de película que es la hermosísima "El árbol de la vida", una poesía hecha largometraje que, sin embargo, no demandaba una estructura lineal y narrativa que si exige, en cierto modo, A Hidden Life
Las imágenes sugerentes y oníricas de los campos y las montañas son también hermosísimas: flotamos en la naturaleza, casi olemos la hierba y sentimos la luz y el calor (también el frío). Las escenas de cada encuentro entre Franz y Fani nos hacen sonreír, deseamos que sean felices, que puedan estar muchos años con sus hijas. Nunca se nos habría ocurrido meter prisa a Terrence si no fuera porque somos deudores de ese magnifico y conmovedor final. En ese sentido, es curioso apuntarlo, ese final que en The tree of Life resultaba un tanto artificial, es aquí un canto al amor en su concrección y en su religiosidad sin que ello resulte una contradicción

¿Cuál es el valor de un acto? Nadie se enterará de lo que has hecho, le repiten a Franz su abogado y el general nazi (que parece conmovido por el gesto del campesino) ¿Por qué lo haces? ¿Vale la pena? Enseguida nos acordamos del "Inquisidor" Tomogi apelando a la "inutilidad" del acto de Rodrigues en Silencio de Scorsese ¿No es acaso el mismo vértigo que sufre Sophie Scholl antes los gritos del juez nazi? ¡Traición, traición, traición! ¡Qué verguenza! ¡Qué absurdo! ¡Qué inútil! ¡Y a la vez que gran Gracia! Porque nos resulta evidente que Franz ha recibido una gran Gracia. Una gracia que es el abrazo (inutilmente impedido por los guardias) de Fani al exclamar ¡Yo estoy contigo, hagas lo que hagas! Es también el mismo abrazo que recibe Sophie Scholl, antes del martirio, por parte de sus padres. Es el abrazo de Aquel que puede decirle a la viuda de Naím "Mujer, no llores"

Nosotros también vivimos de esa gran Gracia y Mallick nos lo recuerda con la impresionante frase de George Eliot, del que se extrae el título de la película: "...el bien crece en el mundo gracias, en parte, a los actos al margen de la Historia. Y si las cosas no nos van mal a ti y a mí, como podría ser, se debe, en buena manera, a aquellos que vivieron fielmente una vida oculta y descansan en tumbas que nadie visita".
Luigialo
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