Una de las películas más impactantes, certeras y valientes sobre el difícil asunto de los abusos sexuales a menores.

La película juega con dos personajes protagonistas, un Joseph Gordon-Levitt brillante y un Brady Corbet más que competente en un rol diametralmente opuesto.

Me gustaría también destacar la aparición de Elisabeth Shue y de Bill Sage (el tipo consigue provocar auténtica repulsión) además de la inventina de la narrativa mostrando primeros planos de las caras.

Destacar también el certero retrato que se hace sobre las dificultades en la ciudad (en comparación con los pueblos pequeños) y también la obsesión con los alienígenas que tiene Brady Corbet (junto con otra persona).

Se agradece que Araki, no haya hecho un Larry Clark, poniendo demasiado sexo sin sentido y convirtiendo a los personajes en cartón piedra. Gracias a dios, aquí Araki tiene cariño por los personajes y les tiene estima.

Por otro lado, una de las pocas películas que muestra diferentes aspectos de los efectos adversos que semejante trauma puede producir. Y al parecer la película (y por ende, la novela de Scott Heim) parece ser bastante acertada en cuanto a estos aspectos.

Desde luego muy recomendable, pero asegúrense de estar preparados. La película deja con mal cuerpo.