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España España · Madrid
Voto de Moody:
4
Thriller Un respetado abogado americano (Fassbender) decide participar por primera vez en una operación de tráfico de drogas en la frontera mexicana con el fin de conseguir dinero para casarse con su novia (Penélope Cruz). Sus contactos con los cárteles son Reiner (Javier Bardem), un capo de la droga muy enamorado de su chica, la sexy y ambiciosa Malkina (Cameron Diaz), y Westray (Brad Pitt), un intermediario amigo suyo. Primer guión ... [+]
20 de abril de 2014
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Muchas películas se empeñan en buscar el éxito uniendo en un mismo proyecto a actores conocidos y reputados, a un guionista experto que haya conseguido grades críticas anteriormente y a un director acostumbrado a levantar grandes películas moviendo con soltura presupuesto, egos y montajes varios. Sin embargo pocas entienden que este negocio va mas allá de mostrar un cartel plagado de glamour, y que por mucho que se dejen los billetes, hay que encontrar una cohesión entre los elementos para que el espectador no se aburra y la crítica no te ponga a caer de un burro.

McCarthy, autor literario de las obras en las que se basan las muy buenas "La carretera" o "No es país para viejos" ha querido esta vez meterse en el proceso creativo de adaptar su propio texto, y parece que se le da mejor escribir los libros que los guiones. Su guión es lento, pausado, carente de emoción y de acción. Su punto de partida es irregular y sencillo, y no aporta nada nuevo. En otros ejemplos del género al menos la acción se adueña de la pantalla, pero en este caso se opta más por calcular las opciones que por llevarlas a cabo. La literatura del americano es árida y pensativa, y representa con acierto la dificultad de tomar decisiones cuando hay muchas cosas en juego. De todas maneras, y para su descargo, no es lo mismo que tu guión caiga en manos de los Coen a que lo haga en las de un Scott acostumbrado a la grandilocuencia.

Los actores que aceptaron el proyecto son grades nombres, y lo lógico es que brillasen casi sin aparecer en pantalla. Sin embargo no lo hacen. Parece haberse buscado nombres y no actores, y ello lleva a desperdiciar talento en cada diálogo. Hay aparentes fallos de casting en cada papel, de otro modo no puede entenderse cómo Fassbender intenta sin éxito parecer una víctima en un papel que debería tener más mala leche y carisma para no verse sobrepasado por las circunstancias. Tampoco se entiende la poca implicación de Pitt, en un papel con poco contenido y en el que solo se coloca permanentemente el pelo y el sombrero. Por parte femenina tampoco hay mucho que destacar, con Díaz intentando mostrar su parte más sensual a la vez que lidia con malvados planes e insinuando una inexistente relación con una tímida Cruz que pinta poco por no decir nada.

Con unos diálogos que hablan de lo divino y lo humano a partes iguales, el guión introduce elementos poco a poco que le hacen previsible, y que el espectador sabe que parecerán tarde o temprano, y ésto le resta dinamismo y capacidad de sorpresa. Con estos mimbres, puede llegar incluso a aburrir con la densidad de su texto y con la plana dirección de Scott, que tiene el reto de sacar adelante un proyecto que desde el principio estaba abocado a recibir duras críticas.
Moody
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