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Voto de P466S:
8
7,8
2.259
Drama
"No matarás": En una Varsovia gris, vacía, pobre y triste, Jacek, un joven sin perspectivas ni futuro, asesina brutalmente a un taxista. Quinto de los diez mediometrajes, cuyo nombre genérico es "decálogo", realizados para la televisión por el director Krzysztof Kieslowski y el guionista Krzysztof Piesiewicz. Cada uno de ellos se inspira en uno de los Diez Mandamientos. Este episodio es una versión de la película "No matarás", de 1988, ... [+]
5 de mayo de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata del primero de los dos episodios que cuentan con una previa versión extendida para el cine y a partir de los cuales surgió toda la serie "Decálogo" (el otro es el sexto "No cometerás adulterio" que es la versión reducida de la película "No amarás"). Tenía muy altas expectativas puestas en él, puesto que es de los más valorados por el resto de usuarios, pero, aunque me ha gustado mucho, el tema es interesantísimo y está muy bien planteado y ejecutado, no me ha sorprendido tanto como otros capítulos.
No es que sea peor, ni mucho menos, que episodios anteriores, pero sí me resulta menos sorprendente ya que el tema del crimen, su juicio y la pena impuesta ya ha sido tratado frecuentemente en el pasado e incluso desde perspectivas similares a las de esta obra. A pesar de esto, no es que la historia carezca de cierta originalidad y además el autor a conseguido un resultado muy por encima de la media gracias a que conserva todas las virtudes de los anteriores capítulos como: Su categoría estética, su detallismo, su excelente banda sonora, el buen hacer de sus actores, la forma de narrar sin prisa, pero sin pausa, la complejidad y verosimilitud de sus personajes y la forma de plantear los conflictos como preguntas abiertas en lugar de dictar sentencia. De hecho, “No matarás” es superior a otras buenas películas posteriores con un argumento similar como: “Pena de muerte”, “Monster’s ball” o “Bailar en la oscuridad”, de cada una de las cuales me ha parecido ver un poquito mientras disfrutaba la que ahora concierne. Su superioridad, al margen de consideraciones estéticas o narrativas, radica en que prescinde del melodrama, presentando en su lugar (al igual que en los anteriores episodios de la saga) un enfoque menos sentimental y más racional, pero no exento de compasión y ternura por los personajes y sus circunstancias.
No es que sea peor, ni mucho menos, que episodios anteriores, pero sí me resulta menos sorprendente ya que el tema del crimen, su juicio y la pena impuesta ya ha sido tratado frecuentemente en el pasado e incluso desde perspectivas similares a las de esta obra. A pesar de esto, no es que la historia carezca de cierta originalidad y además el autor a conseguido un resultado muy por encima de la media gracias a que conserva todas las virtudes de los anteriores capítulos como: Su categoría estética, su detallismo, su excelente banda sonora, el buen hacer de sus actores, la forma de narrar sin prisa, pero sin pausa, la complejidad y verosimilitud de sus personajes y la forma de plantear los conflictos como preguntas abiertas en lugar de dictar sentencia. De hecho, “No matarás” es superior a otras buenas películas posteriores con un argumento similar como: “Pena de muerte”, “Monster’s ball” o “Bailar en la oscuridad”, de cada una de las cuales me ha parecido ver un poquito mientras disfrutaba la que ahora concierne. Su superioridad, al margen de consideraciones estéticas o narrativas, radica en que prescinde del melodrama, presentando en su lugar (al igual que en los anteriores episodios de la saga) un enfoque menos sentimental y más racional, pero no exento de compasión y ternura por los personajes y sus circunstancias.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La trama gira fundamentalmente entorno al asesinato, pero busca la comparación entre el asesinato criminal y el legalizado (la pena de muerte). Además, al contarnos la historia desde una triple perspectiva (el asesino, la victima y el abogado defensor), permite una reflexión de mayor amplitud sobre el tema.
De forma resumida, el asesino es un joven inadaptado y profundamente resentido con la sociedad al que observamos vagabundear y hacer varios actos de diverso grado de vandalismo durante la primera parte del metraje, más tarde nos enteramos que sufre un trauma relacionado con la muerte de su hermana, de la que se siente culpable y por la que se marchó de casa con sólo 16 años (desde entonces no le ha ido muy bien). La víctima es un taxista, un poco amargado (no trata muy bien a los clientes y no parece muy profesional en su trabajo) que tiene la mala suerte de recoger al asesino como cliente, y es asesinado por éste cuando están a las afueras de la ciudad. La escena del asesinato es muy explícita, pero deja entrever que no es un acto de sadismo por lo que le cuesta al muchacho rematar a su victima. El chico se queda con el coche y el dinero, abandona el cadáver y se deshace de la radio del coche porque sonaba una canción infantil que trata sobre la valentía. Es rápidamente atrapado por la policía. El abogado es también joven, muy idealista y profundo en sus reflexiones y partidario de abolir la pena de muerte. Acaba de iniciar su profesión le toca este asesinato como su primer proceso y a pesar de hacer un alegato brillante, pierde el caso y siente una terrible frustración. El ajusticiado nota su sincero interés y le abre sus recuerdos y sus sentimientos al abogado que corresponde acompañándole hasta el momento de su ejecución (la crudeza de esta escena y el detalle con el que se muestra todo el proceso recuerdan y parece haber influido en "Monster's ball" y "Bailar en la oscuridad"). Es precisamente el personaje del abogado con sus reflexiones, sus conflictos y su permanente insatisfacción, el que permite plantear las cuestiones morales que encierra la obra en sí. Adicionalmente, resultan muy interesantes las conversaciones que mantiene el abogado con el juez que reflejan el poco margen de acción que tiene un individuo frente al sistema.
Básicamente la obra plantea las siguientes preguntas:
¿Es la pena de muerte una forma más de asesinato?, ¿Convierte este hecho a la sociedad que la aplica en una sociedad asesina?, ¿El castigo se aplica como medio disuasorio o con fines vengativos?, ¿A quién protege realmente la ley?, ¿Cuánto daño pueden hacer el sentimiento de culpa y el aislamiento social a la mente de un individuo?, ¿Somos todos dignos de compasión?
Aunque no cabe duda de la respuesta que Kieslowski le daría a estas preguntas (con la que coincido plenamente), están expuestas de tal forma que permiten al espectador formarse su propia opinión o contrastar la que ya poseía, ya que el autor no da directamente las respuestas si no que se infiere su opinión del mero hecho de plantear esas preguntas mostrando un caso perfectamente verosímil en toda su complejidad. No resulta nada tendencioso, puesto que no recurre, como sí hacen otros autores, a presentar a un individuo inocente o que ha asesinado bajo unas condiciones muy particulares (defensa propia, coacción, etc.), si no que es indudablemente culpable (al igual que el personaje de Sean Penn en la posterior “Pena de muerte”), permitiendo analizar el castigo en sí, prescindiendo de circunstancias extremas o de la presunción de inocencia.
El próximo episodio trata sobre el amor, otro tema universal y abordado infinitas veces con anterioridad, espero de él la misma calidad y profundidad que he encontrado en éste y algo más de sorpresa, ya les contaré,...
De forma resumida, el asesino es un joven inadaptado y profundamente resentido con la sociedad al que observamos vagabundear y hacer varios actos de diverso grado de vandalismo durante la primera parte del metraje, más tarde nos enteramos que sufre un trauma relacionado con la muerte de su hermana, de la que se siente culpable y por la que se marchó de casa con sólo 16 años (desde entonces no le ha ido muy bien). La víctima es un taxista, un poco amargado (no trata muy bien a los clientes y no parece muy profesional en su trabajo) que tiene la mala suerte de recoger al asesino como cliente, y es asesinado por éste cuando están a las afueras de la ciudad. La escena del asesinato es muy explícita, pero deja entrever que no es un acto de sadismo por lo que le cuesta al muchacho rematar a su victima. El chico se queda con el coche y el dinero, abandona el cadáver y se deshace de la radio del coche porque sonaba una canción infantil que trata sobre la valentía. Es rápidamente atrapado por la policía. El abogado es también joven, muy idealista y profundo en sus reflexiones y partidario de abolir la pena de muerte. Acaba de iniciar su profesión le toca este asesinato como su primer proceso y a pesar de hacer un alegato brillante, pierde el caso y siente una terrible frustración. El ajusticiado nota su sincero interés y le abre sus recuerdos y sus sentimientos al abogado que corresponde acompañándole hasta el momento de su ejecución (la crudeza de esta escena y el detalle con el que se muestra todo el proceso recuerdan y parece haber influido en "Monster's ball" y "Bailar en la oscuridad"). Es precisamente el personaje del abogado con sus reflexiones, sus conflictos y su permanente insatisfacción, el que permite plantear las cuestiones morales que encierra la obra en sí. Adicionalmente, resultan muy interesantes las conversaciones que mantiene el abogado con el juez que reflejan el poco margen de acción que tiene un individuo frente al sistema.
Básicamente la obra plantea las siguientes preguntas:
¿Es la pena de muerte una forma más de asesinato?, ¿Convierte este hecho a la sociedad que la aplica en una sociedad asesina?, ¿El castigo se aplica como medio disuasorio o con fines vengativos?, ¿A quién protege realmente la ley?, ¿Cuánto daño pueden hacer el sentimiento de culpa y el aislamiento social a la mente de un individuo?, ¿Somos todos dignos de compasión?
Aunque no cabe duda de la respuesta que Kieslowski le daría a estas preguntas (con la que coincido plenamente), están expuestas de tal forma que permiten al espectador formarse su propia opinión o contrastar la que ya poseía, ya que el autor no da directamente las respuestas si no que se infiere su opinión del mero hecho de plantear esas preguntas mostrando un caso perfectamente verosímil en toda su complejidad. No resulta nada tendencioso, puesto que no recurre, como sí hacen otros autores, a presentar a un individuo inocente o que ha asesinado bajo unas condiciones muy particulares (defensa propia, coacción, etc.), si no que es indudablemente culpable (al igual que el personaje de Sean Penn en la posterior “Pena de muerte”), permitiendo analizar el castigo en sí, prescindiendo de circunstancias extremas o de la presunción de inocencia.
El próximo episodio trata sobre el amor, otro tema universal y abordado infinitas veces con anterioridad, espero de él la misma calidad y profundidad que he encontrado en éste y algo más de sorpresa, ya les contaré,...