la película está rodada en principios de los 70, cuando Japón, reconstruido por ayuda de EEUU, es un socio y aliado de los norteamericanos en la Guerra Fría. Eso nos hace ver que:
* los japoneses se muestran ordenados y eficientes; los norteamericanos pecan de subestimar al rival y no hacen caso de los avisos. Una prueba que al vencerlos luego, vencieron a un gran rival, indirectamente engrandece el espíritu patriótico y su victoria
* en la película Hiroito, Emperador que renegó de su divinidad, y acompañó la reconstruccion japonesa y su alianza post guerra con EEUU, no quiere la guerra. Queda exculpado. También parcialmente el Gral Yamamoto, porque este general es un héroe de guerrra en Japón, tiene hasta museos, no conviene enojarse con ellos.
* si, en cambio, se le adjudica cierto triunfalismo y voracidad combativa al generalato anónimo que se entusiasma con el ataque. Ellos serían 'los malos' de la película, los que llevan a los moderados a no medir las consecuencias
* La escena final desluce el buen film que es, es lo peor de la película: después de un éxito rotundo, más allá del detalle de la no destrucción de los portaviones, la reflexión profética del Gral Yamamoto, amargado y agobiado, por haber 'despertado a un gigante dormido' es fantasiosa; no era una pitonisa, no era un adivino no podía saber eso con tanta contundencia. Aunque históricamente se comprobó que afirmaba que 'había que sacar rapidamente de escena a EEUU y si se prolongaba el enfrentamiento les perjudicaba', cerrar con esa frase es un guiño patriotero al espectador pro yanqui que dice...' bueno, nos ganaron pero despues nos recompusimos y le dimos la paliza. Seguimos siendo los Nro 1...'. Un sentimiento muy apropiado para esos días de Vietnam y Guerra Fría. Al final, peca de patrioterismo barato, aunque más solapado que en otras cintas...