Película basada en hechos reales sobre el asesinato del Padre Popieluszko en 1984, capellán de un sindicato polaco antigubernamental a manos de la policia secreta comunista polaca.

Interesante película histórica sobre el papel de los católicos contra la dictadura comunista en Polonia, y que retrata muy acertadamente las cloacas del estado y el tipo de sicópatas patriotas que trabajan en el mundillo de los trabajos sucios de las dictaduras.

Se nota el gran oficio de la directora polaca Agnieszka Holland pero la pésima interpretación de Christopher Lambert pesa mucho en el conjunto, con su rostro pétreo, su inexpresiva mirada ligeramente estrábica y una estúpida sonrisilla que suele esbozar a destiempo.

Hay en la película una inventada relación entre el casto sacerdote y una feligresa enamorada, favorable al sacerdote pero inapropiada para una película que quiere ser histórica, con razón se suprime el nombre real del sacerdote.

También hay que decir que es inexplicable que una película con una escena de gran violencia y otra de sexo se califique para mayores de 12 años.