La primera parte es electrizante con un buen ritmo y escenas de acción muy conseguidas, espectacular plano aéreo que nos regalan después del momento más "hard". Sin embargo con la llegada a Corea del Sur el ritmo decae paulatinamente y se pasa de una película de acción a una extraña combinación entre momentos de acción, cine de espías e incluso escenas de comedia (véase la canción que suena en el coche). Si se consigue la química entre los dos protagonistas, pero el metraje se estira en exceso y resta fuerza a una cinta que con treinta minutos menos hubiera ganado mucho. Aunque ha sido todo un éxito de taquilla en su país.

Manurhill