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Voto de Quatermain80:
7
Drama Maloin es un vigilante de una estación de tren que, de forma casual, es testigo de un asesinato, y acaba haciéndose cargo de una maleta llena de dinero que trastocará para siempre su vida, acarreándole muchos problemas. Inspirada en la novela de Georges Simenon "El hombre de Londres". (FILMAFFINITY)
23 de agosto de 2010
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y es que de lo contrario, bien poco podríamos contar de esta película del húngaro Béla Tarr, que adapta muy libremente una novela del escritor policiaco francés Georges Simenon.

La historia que cuenta parece importarle muy poco a Tarr, que prefiere centrarse en explotar su particular cosmovisión cinematográfica, definida por la enorme duración de los planos, el casi constante movimiento de cámara, un mínimo guión, y unos personajes fríos, tristes y desesperanzados, que viven en entornos deteriorados, envejecidos. Así, el argumento de la película (una muy simple historia negra, carente de intriga y casi de emoción), es enteramente relegado en favor de una propuesta formal, la cual, ciertamente, resulta al menos brillante y distinta a lo que habitualmente podemos ver hoy en los cines.

De entrada, Tarr rueda en blanco y negro, optando además por privilegiar la noche sobre el día, circunstancia muy bien empleada por el director de fotografía, su discípulo Fred Kelemen, especialmente en la brillante iluminación de la secuencia inicial, magnífica en su concepción y ejecución. Otro aspecto de interés es que pese a la lentitud extrema con que se suceden los planos (los hay que duran varios minutos), estos no son casi nunca fijos, sino que la cámara no deja de moverse, aunque muy lentamente. Tampoco se recurre, en los escasos diálogos, a la técnica de plano y contraplano, siendo la cámara la que, partiendo de la espalda de uno de los interlocutores, describe un lento travelling circular, mostrando así al otro personaje y su entorno. Este peculiar estilo depende de una cuidadísima planificación, en la que la puesta en escena cobra una importancia mayúscula, pues los intérpretes no dejan de moverse dentro de los larguísmos planos que componen el filme. Además, en muchas ocasiones sus rostros deben sostener primeros planos de varios minutos, lo que tiene bastante mérito y ensalza su labor, por otra parte nada favorecida por el parco y poco interesante guión. Todas estas características referidas propician que nada en el filme pueda imponerse a los aspectos formales.

Debo confesar que normalmente este tipo de películas no suelen gustarme demasiado; en ellas, el "cómo" avasalla al "qué", y eso, en muchas ocasiones, conduce a que el filme se convierta en un bello envoltorio vacío. Sin embargo, no me ha sucedido esta vez, en la que, quizás, me he dejado atrapar por el estilo, y su brillantez me ha satisfecho. No obstante, debe aclararse, de cara a los usuarios interesados, que la película es de lenta digestión, y que seguramente, a muchos les costará entrar en ella.
Quatermain80
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