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Drama
Basada en hechos reales. Philomena Lee, una adolescente irlandesa que vivía en un internado de monjas, se quedó embarazada y se vio obligada a dar a su hijo en adopción. Cincuenta años después, decide contárselo a su hija y se pone en contacto con un periodista de la BBC para que le ayude a contar su historia y a encontrar a su hijo. (FILMAFFINITY)
1 de marzo de 2014
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¿Se tiene que consentir que el estado ampare el hecho de que alguien, que por cumplir unos votos haya tenido que mortificarse la carne toda la vida, se crea por ello en el derecho de pedirle cuentas a otro sobre sus relaciones sexuales ?
Porque ese y no otro es finalmente el motivo por el cual muchos responsables de la jerarquía de la iglesia católica se niegan a facilitar datos para el reencuentro de padres e hijos que fueron dados en adopción de manera irregular
Hablando claro: en su inmensa mayoría los presuntos delitos han prescrito y aún así siguen fomentando con el abuso el dolor de sus víctimas. y sembrando la duda entre los ajenos al tema. A saber lo que en verdad se hizo! dirán muchos.
Es por eso que es bueno hacer incapie en que en el caso de cesiones y adopciones aparentemente consentidas se tendría que haber tenido en cuenta la capacidad de obrar de las madres y padres en su día. Recordemos que ésta se adquiere con la mayoría de edad legal, no biológica y que esta mayoría ha ido variando a lo largo de los años.
Los más creyentes seguirán pensando que los miembros de la iglesia que así obraron lo hacian principalmente por ayudar cuando no existían otros mecanismos que facilitaran una solución a situaciones comprometidas o difíciles y es verdad que esto entra dentro los supuestos razonables.
Además con esa actitud defensiva, pensarán algunos que la jerarquía eglesiástica protege el buen nombre de quienes en su día actuaron de buena fe y con la intención de hacer el bien. Pero eso no justifica que a día de hoy, ya en frío se pongan trabas a los reencuentros voluntarios porque la vida da muchas vueltas . Y los estados que amparan la irresponsabilidad y esta actitud tendrían que ser llamados al orden por la justicia internacional. Así de claro.
El problema es que existen creyentes que tienen una gran propensión a confundirse y no son llamados al orden. Terminan por creerse que están por encima del bien y del mal y que el lugar de ser miembros de una fe se creen por encima del bien y del mal a imagen i semejanza de sus dioses, con capacidad para emitir juicios sobre sus congéneres y dar y quitar derechos. Les convendría un poquito de catecismo de parvulario porque más claro no puede estar en los evangelios:
"La verdad os hará libres" Juan 8, 31-42. Cuaresma. El pecado nos hace esclavos
A TODOS
Porque ese y no otro es finalmente el motivo por el cual muchos responsables de la jerarquía de la iglesia católica se niegan a facilitar datos para el reencuentro de padres e hijos que fueron dados en adopción de manera irregular
Hablando claro: en su inmensa mayoría los presuntos delitos han prescrito y aún así siguen fomentando con el abuso el dolor de sus víctimas. y sembrando la duda entre los ajenos al tema. A saber lo que en verdad se hizo! dirán muchos.
Es por eso que es bueno hacer incapie en que en el caso de cesiones y adopciones aparentemente consentidas se tendría que haber tenido en cuenta la capacidad de obrar de las madres y padres en su día. Recordemos que ésta se adquiere con la mayoría de edad legal, no biológica y que esta mayoría ha ido variando a lo largo de los años.
Los más creyentes seguirán pensando que los miembros de la iglesia que así obraron lo hacian principalmente por ayudar cuando no existían otros mecanismos que facilitaran una solución a situaciones comprometidas o difíciles y es verdad que esto entra dentro los supuestos razonables.
Además con esa actitud defensiva, pensarán algunos que la jerarquía eglesiástica protege el buen nombre de quienes en su día actuaron de buena fe y con la intención de hacer el bien. Pero eso no justifica que a día de hoy, ya en frío se pongan trabas a los reencuentros voluntarios porque la vida da muchas vueltas . Y los estados que amparan la irresponsabilidad y esta actitud tendrían que ser llamados al orden por la justicia internacional. Así de claro.
El problema es que existen creyentes que tienen una gran propensión a confundirse y no son llamados al orden. Terminan por creerse que están por encima del bien y del mal y que el lugar de ser miembros de una fe se creen por encima del bien y del mal a imagen i semejanza de sus dioses, con capacidad para emitir juicios sobre sus congéneres y dar y quitar derechos. Les convendría un poquito de catecismo de parvulario porque más claro no puede estar en los evangelios:
"La verdad os hará libres" Juan 8, 31-42. Cuaresma. El pecado nos hace esclavos
A TODOS
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El pecado de Philomena no es haber sucumbido a la tentación de la carne (que lo hizo) sin que nadie la advirtiera de la necesidad de ir contra la naturaleza y el desenfreno en la adolescencia.
El pecado de Philomena es que realmente lo disfrutó, que para nada se arrepentía y que a pesar de ser muy buena chica y con todas las ganas del mundo por cumplir, aquello se le notaba. Y la verdad es que el personaje es el tipo de persona que todos quisiéramos tener a nuestro lado, alguien con un perfil en el que confiar porque al fin y al cabo es más sana que una manzana. Porque la verdad es que este tipo de cosas se entienden muy bien y en cambio aguantar otras historias con personas retorcidos y tortuosos es un soberano coñazo
Pues bien, por ese pecado se pasó toda la vida sufriendo un sentimiento de culpabilidad que se le inculcó a base de abusos y malos tratos. Como un perro apaleado al que además se le hizo padecer el síndrome de una gran pérdida de manera crónica. Y todo esto le sucedió porque se cruzó alguien en su camino para quien el maltratar a los débiles era su modus vivendi ya que en él encontraba todo el placer que se le era negado en otros ámbitos de la vida.
Finalmente la hija de Philomena, harta de verla sufrir como una condenada en vida, consigue que Martin, un periodista político caído en desgracia socialmente, les eche una mano e inician juntos con la excusa del reportaje de la búsqueda de Antony, el hijo que le fue robado por una institución católica para darlo en adopción previo pago de su importe.
Martin y Philomena son dos seres antagónicos pero terminan en el transcurso de su búsqueda por respetarse y tenerse afecto.
La película es entretenida en sí misma. Los protagonistas están interpretados correctamente y no he visto que sea una película muy sensiblera. Es un dramón en toda la extensión de la palabra y Philomena sólo llora en sus ratos libres porque tiene muchas cosas que hacer aunque a su hijo se lo encuentra muerto desde hace casi dos décadas a causa del virus de sida después de haber sufrido una lenta y dolorosa agonía.
Personalmente creo que la sensiblería que muchos echan en cara está más en la mente de esos espectadores que en lo que es el filme porque cuenta historias muy duras que todos sospechamos que son reales.
Me ha gustado mucho ver como a Philomena lo que le importa realmente es que su hijo haya sido feliz y que haya podido disfrutar de la vida dentro de sus posibilidades. Que no haya sido una víctima de la desgracia que ella tuvo que soportar, que se haya sentido libre dentro de sus posibilidades, que haya disfrutado de oportunidades y que el dolor y el sacrificio que ella tuvo que hacer haya valido realmente la pena. Con eso ya le da en todo los morros a la sacrosanta institución. Es lo que interesa
El pecado de Philomena es que realmente lo disfrutó, que para nada se arrepentía y que a pesar de ser muy buena chica y con todas las ganas del mundo por cumplir, aquello se le notaba. Y la verdad es que el personaje es el tipo de persona que todos quisiéramos tener a nuestro lado, alguien con un perfil en el que confiar porque al fin y al cabo es más sana que una manzana. Porque la verdad es que este tipo de cosas se entienden muy bien y en cambio aguantar otras historias con personas retorcidos y tortuosos es un soberano coñazo
Pues bien, por ese pecado se pasó toda la vida sufriendo un sentimiento de culpabilidad que se le inculcó a base de abusos y malos tratos. Como un perro apaleado al que además se le hizo padecer el síndrome de una gran pérdida de manera crónica. Y todo esto le sucedió porque se cruzó alguien en su camino para quien el maltratar a los débiles era su modus vivendi ya que en él encontraba todo el placer que se le era negado en otros ámbitos de la vida.
Finalmente la hija de Philomena, harta de verla sufrir como una condenada en vida, consigue que Martin, un periodista político caído en desgracia socialmente, les eche una mano e inician juntos con la excusa del reportaje de la búsqueda de Antony, el hijo que le fue robado por una institución católica para darlo en adopción previo pago de su importe.
Martin y Philomena son dos seres antagónicos pero terminan en el transcurso de su búsqueda por respetarse y tenerse afecto.
La película es entretenida en sí misma. Los protagonistas están interpretados correctamente y no he visto que sea una película muy sensiblera. Es un dramón en toda la extensión de la palabra y Philomena sólo llora en sus ratos libres porque tiene muchas cosas que hacer aunque a su hijo se lo encuentra muerto desde hace casi dos décadas a causa del virus de sida después de haber sufrido una lenta y dolorosa agonía.
Personalmente creo que la sensiblería que muchos echan en cara está más en la mente de esos espectadores que en lo que es el filme porque cuenta historias muy duras que todos sospechamos que son reales.
Me ha gustado mucho ver como a Philomena lo que le importa realmente es que su hijo haya sido feliz y que haya podido disfrutar de la vida dentro de sus posibilidades. Que no haya sido una víctima de la desgracia que ella tuvo que soportar, que se haya sentido libre dentro de sus posibilidades, que haya disfrutado de oportunidades y que el dolor y el sacrificio que ella tuvo que hacer haya valido realmente la pena. Con eso ya le da en todo los morros a la sacrosanta institución. Es lo que interesa