Mucho antes de que eclosionara la frenética moda de los remakes al principio del nuevo milenio, hubo algunos directores que se atrevieron a revisar clásicos de antaño, desde John Carpenter a mediados de los ochenta, a Cronenberg y sus insectos hasta esa revisión incestuosa del mito de la mujer pantera que perpetró Schrader.

Tom Savini, reportero durante la Guerra de Vietnam, tomó buena nota de las atrocidades vividas durante el conflicto para desarrollar una efectiva carrera dentro del campo de los efectos especiales. A él le debemos gran parte de las truculencias más viscerales vistas en pantalla y las explosiones sangrientas con más casquería. Ocasional actor, el también director (al menos en una ocasión) se atrevió a versionar uno de los grandes clásicos del cine de terror, "La noche de los muertos vivientes" del maestro Romero, que no sólo aterrorizó a la platea allá por el 68 sino que cambió para siempre los cánones del género y el cine en general.

¿Qué es lo que puede ofrecer una nueva versión del mítico film? El director apuesta por ofrecer un producto perfectamente manufacturado, con una buena fotografía, añadiendo color a una historia en blanco y negro y desplegando toda una artillería de efectos de maquillaje. La crítica social se diluye en detrimento del espectáculo y el pesimismo inherente del film original desaparece (pese a esa reincidente mirada de sus últimos compases). El film trata de ser fiel al original, mientras intenta mantener cierta distancia y aportar una visión novedosa, en una extraña mezcla que resulta finalmente descontextualizada pero que, gracias al buen hacer del director, acaba por funcionar en pantalla.

Los tiempos han cambiado. El cine ya ha dado muestra de grandes heroínas de acción, desde Ripley hasta Connor, por tanto el personaje femenino central de la historia, otrora interpretado por Judith O'Dea, se presenta como una aguerrida fémina capaz de superar el shock primigenio, luchar con astucia y fuerza contra todos los obstáculos que se le presentan, ya no hay cabida para personajes femeninos pasivos y débiles (significativo resulta el cambio de la protagonista al quitarse la falda y ponerse los pantalones).

Un buen trabajo por parte del director que, aun exento de su halo perturbador, consigue hacernos creer en aquello de que las comparaciones son odiosas y simplemente disfrutar del film tal y como se nos muestra.

Lo mejor; Los estupendos efectos de maquillaje, que muestran la evolución de Savini (lejos quedan aquellos entrañables zombies azulados de la secuela del film de Romero).

Lo peor; Es totalmente inofensiva, aunque pretenda no ser lo.