Midnight in Paris de Woody Allen, es una comedia romántica con detalles fantásticos. Dirigida con un ritmo majestuoso pero activo, y al particular e inconfundible estilo del director, es simpática y original por tener una trama peculiar y fabulosa. Realizada de manera admirable y maravillosa y con los ingredientes habituales del cineasta neoyorkino, tiene un resultado perspicaz y entretenido que juega con la nostalgia y la imaginación.
La fotografía, es evocadora al lugar y épocas que van siendo narradas, usando en los años 20 la luz tenue que es acertada, y aplicando imágenes confortantes y llenas de matices que inspiran al ser estéticamente decorativas y encantadoras. La música, en sensual y sugerente, con las acostumbradas melodías de bandas con ritmo y sonidos exquisitos de buen gusto. Y los planos y movimientos de cámara, son algo más sobrios que otros de sus films, con buen uso del travelling, tercera persona, primera persona y reconocimiento que hacen eficiente la labor técnica.
Las actuaciones, son competentes y simpáticas. Gracias a las interpretaciones de Owen Wilson, Marion Cotillard, Rachel McAdams, Corey Stoll, Kurt Fuller, Adrien Brody, Carla Bluni y Léa Seydoux entre muchos otros. Para los cuales emplean, unos vestuarios y caracterizaciones elegantes, distinguidos y estilosos, marcando claramente la alta clase social en las distintas épocas, y con unos decorados lujosos y artísticos que te transportan al lugar y época en una excelente dirección artística.
El guion, escrito por el mismo director, es original e inspirador, con una historia bien trabajada e imaginativa, que esta argumentada con misterio y esplendor, siendo atractivo y agradable de ver por sus detalles cómicos e incluso melancólicos. Que están llevados a cabo con una narrativa curiosa y enigmática, que es intachable y perfecta al ser académica y equilibrada, siendo sugestiva a cada uno de los momentos temporales donde transcurre la acción.
En conclusión, la considero una cinta destacable y cumplidora de la filmografía del director, aunque no es de las más brillantes, ya que es original e imaginativa y bastante entretenida, agradando al público en general. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, vestuarios, decorados y narrativa que convierten a Midnight in Paris, en un film competente y con el sello propio de Allen, que gustará a todos sus seguidores, y a los buscadores de películas elegantes, encantadoras y bien elaboradas.