Easy Rider de Dennis Hopper es un gran drama que te hace sentir la sensación de libertad que el director te quiere transmitir. Usando en dicho film tanto una estimulante música de época, evocando al momento y contexto donde se realiza la trama, como una fotografía de los paisajes de América llenos de matices, que consiguen transportar al espectador en todo momento.
También cabe resaltar unos originales movimientos de cámara y uso de planos distintos a lo convencional que dan la sensación de estar bajo los efectos de las drogas que toman los protagonistas en los momentos oportunos.
Por supuesto, la aparición breve pero carismática y magistral del inigualable Jack Nicholson marca la película con un toque de personalidad y gran interpretación como nos tiene ya acostumbrados el genial actor.
El guión y argumento en sí, aunque no llegan a ser sorprendentes ni absorbentes, llegan a enganchar por las sensaciones que representan y que hacen volar durante al menos 1 hora y media al espectador, fuera del habitáculo donde presencien la cinta.
Totalmente recomendable para los que buscan clásicos originales, con buena fotografía, música e interpretaciones. Considerada por algunos como un film de culto.